sábado, 7 de abril de 2012

Unidos por el dolor: Crítica de STOCKHOLM ÖSTRA (STOCKHOLM EAST)

Stockholm Östra es el restaurante musical donde se reúnen un hombre y una mujer unidos por el dolor. Él la invita a bailar, y de pronto las luces cambian, la cámara se acerca y la película nos hace partícipes de una tragedia de belleza elegíaca, con ecos del Kar-Wai fatídico y colorista, de la Isabel Coixet romántica y dramática. Esos son los mejores momentos de Stockholm Östra, título que también se refiere al suburbio donde habitan los personajes: las miradas de los protagonistas, los encuentros en el tren y las aparentemente plácidas conversaciones entre dos personas que mienten y se engañan, que sufren en soledad dos procesos diferentes de pérdida, de desgarro, de luto. Por lo demás Stockholm Östra es una historia más de muerte e infidelidad, de familias rotas y de amores imposibles. Lo que eleva a la película es que el debutante Simon Kaijser no caiga en la truculencia barata, en el telefilm de diálogos forzados. La película no quiere sustentarse en el morbo, aunque muy acertadamente da al espectador más información de la que gozan sus personajes. Tampoco enjuicia a las partes del cuadrado amoroso, dando al espectador las armas para empatizar con cada uno entendiendo sus heridas, sus carencias y sus necesidades. El hecho de que Stockholm Östra se parezca en lo narrativo a tantas otras no desmerece su aura de cuento triste, de romance prohibido, de drama elegante. Ese es el verdadero mérito del film: a pesar de que el material de partida es duro, el director sabe esquivar el escándalo sin traicionar el dramatismo de base y sin recrearse en un sentimentalismo de postal. Pocas películas son tan equilibradas como esta Stockholm Östra, cuyo corazón argumental deberán descubrir por ustedes mismos. Una película muy sutil que hay que ver y digerir desde la comprensión, sin coartadas religiosas, entendiendo que cada persona es un mundo, y que cada ser humano expresa y desahoga su dolor de diferentes maneras, todas válidas. Si amaron la potencia dramática de Brothers (Hermanos) y se sintieron atraidos por la encrucijada moral de Pure (Till det som är vackert), o si entienden que el Kar Wai de los 90 y la mejor Coixet atesoran más sensibilidad que sensiblería, esta es su película.


Nota: 7

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