Doce años de cinefilia deberían ser la prueba definitiva de que este blog, cuando destaca una película, no lo hace obedeciendo a ninguna moda o capricho. Verdaderamente, una propuesta tan extrema y dura como A serbian film pone entre las cuerdas hasta el más preparado y tensa cualquier límite habido y por haber. Sin duda, después de descubrir la aventura sexual y sangrienta que propone el film, el adjetivo 'fuerte' en estos ámbitos bloggeros debería revisarse. Porque estamos ante una propuesta que deja en nada los arrebatos malsanos de Antichrist o Hostel, incluso relega El sabor de la sandía a la categoría de musical kitch para niños, llegando a rizar el rizo y superar la crudeza del nuevo terror francés representado por Frontière(s), À l'intérieur o Martyrs. Me imagino al consumidor de snuf movies que interpretaba Fele Martínez en la sublime Tesis de Alejandro Amenábar escandalizado con algunas de las escenas del film. No es broma ni ninguna intención de crear polvareda porque sí: A serbian film puede herir la sensibilidad de muchos e incluso trastocar mentes ya de por sí desordenadas. A serbian film abre un debate interesante: dónde está el límite de la representación cinematográfica, considerar hasta qué punto un director debe ceder tan sólo a sus inquietudes y libertad creativa. A serbian film sigue la senda de títulos como The human centipede o Grotesque, ambos prohibidos en numerosos países, víctimas de la censura y pequeños grandes fenómenos en la red, donde, paradójicamente, encuentran su vía de distribución a riesgo de que no sólo los fans del gore sangriento accedan a esos títulos diseñados a modo de hiperbólicas casquerías a prueba de estómago. Valga decir que nadie debería coartar la creatividad de nadie, y que nada invalida una película, ni tan siquiera escenas de la brutalidad de A serbian film (de las que sólo describiremos un reducido surtido, el más impactante: un hombre violando un feto recién nacido ante la mirada lividinosa de la madre, en una improvisada sala de partos, llena de sangre; el protagonista, un actor porno retirado, penetrando a una mujer maniatada en una cama mientras el macho revienta la cabeza de la chica con un machete; dos hombres sodomizando a dos personas con la cara tapada; el protagonista meando sangre entre escena y escena). Pero no se dejen llevar a engaño: la subversión del film es siempre visual y hay que entender que su concepción sólo obedece a una clara intención por contentar a los acérrimos seguidores de un género cinematográfico que tiene su sede en festivales y muestras, pero que, obviamente, no llega a las salas comerciales. Al final A serbian film, a pesar de sus barbaridades, no deja de ser un artefacto muy bien diseñado, plato de pocos, muy consciente de que su público es y en cierto sentido debe ser limitado. Por eso, toda la polémica que la precede, aún siendo real y entendible, no deja de resultar un tanto sobredimensionada. Hay películas que en un primer momento llegan a un grupo reducido de espectadores, pero que tras una entrega de premios logran la suficiente celebridad como para gozar de una segunda oportunidad comercial. El caso de A serbian film viene a ir a la contra de lo habitual: una cinta que no debería salir de ciertos mercados muy especializados y específicos llega al común cinéfilo tras ser el centro de discusiones irracionales (desde la denuncia que pesa sobre Ángel Sala por proyectarla en su Festival de Sitges hasta las acusaciones del film por violación real a menores y maltrato a mujeres, además de reseñas que aseguran que muchos llegaron a infartar, como mínimo vomitar, al ver algunos de los momentos más salvajes de la historia). A serbian film ya ha dejado su huella (permítenme el vulgarismo: a base de semen y sangre) y es una de las películas malditas por excelencia.
Pero este blog debe ofrecer ante todo una crítica lo más objetiva posible de la película, aún a sabiendas de la humareda que rodea la propuesta. Diré que A serbian film empieza como la creación mala de un videoaficionado más y que acaba en un zenit paranoico, tan tenso como angustioso, tan asqueroso como intenso. La primera escena ya marca el devenir hacia abajo, en caida libre, que diseña la narrativa de la película: el hijo de diez años de la pareja protagonista visionando una de las cintas porno de su padre. El niño abre de esta forma la caja de los truenos y el director no la cierra hasta los títulos de crédito. En el fondo, A serbian film cuenta la destrucción de una familia aparentemente normal en un ambiente totalmente condicionado tanto por la profesión del padre (actor erótico, mito del género por su descomunal miembro) como por el pasado político y social de Serbia (el director se recrea en atmósferas turbias, escenarios negros que rozan lo onírico: no costaría describir el experimento como un Inland Empire cutre, con pus y líquido rojo). También establece un juego curioso, una referencia clara a modo de metalenguaje: el director rueda su película, y en ella un ejercicio de cine dentro del cine nos permite ser espectadores de la filmación de piezas porno en la que los vivos comparten sus flujos más escondidos con los muertos. A serbian film viaja irremediablemente hacia la no lógica, más bien a la sinrazón del personaje protagonista (genial interpretación, indistintamente de las características de las escenas que afronta). Aunque al final todo queda muy cerrado y muy claro, diría incluso que evidente. No estamos demasiado lejos de una comedia negra o una atracción de feria que se alimenta a base de morbo: el espectador espera la siguiente animalada con ganas y deja llevarse por una cinta que se sitúa entre la excitación del sexo explícito y la repulsión que produce ser testigos del sadismo más deleznable. No sé hasta qué punto es una metáfora de la bestia que reside en todos nosotros. No sé hasta qué punto su esquema es gratuito. Se me escapa cualquier relación con la falta de moral de la sociedad serbia del 2011, aunque la puedo imaginar. Sea como sea, A serbian film me ha divertido bastante: al fin y al cabo la clave está en no tomársela demasiado en serio. Sólo así nos daremos cuenta que A serbian film es una película con un gran descaro que sólo quiere impactar a un nivel visual, plástico. Y, como me han enseñado esos doce años de visionado de películas, en el cine es mucho más terrorífico aquello que se intuye que lo que se explicita en su totalidad. Casquería a granel, festiva y voluptuosa.Y si el cine resulta no ser la representación de la realidad, al menos una realidad en el sentido de mímesis, veracidad o fidelidad, A serbian film pasa a ser directamente una de las pesadillas más rotundas del cine del Siglo XXI.
Nota: 7
No creo que vea semejante barbaridad... aunque a mi 15 años vea películas más maduras que las giliflautadas adolescentes que ofrece el cine comercial, no creo que esté preparado para eso...
ResponderEliminarUn saludo!^^
"A Serbian Film" es una película de explotación que cumple con lo que quiere, sobresalir, romper tabús, trastocar al espectador. Pero de ahí, a creer lo que los realizadores dicen acerca de que la película es una 'metáfora' sobre la 'situación política de Serbia' eso si ya no lo acepto. La película es un producto exagerado y explotativo, de fina manufactura y efectivo en ese rubro, pero no va más allá de ser meramente eso. Mi reseña en mi blog, si te interesa.
ResponderEliminarMuy interesante tu espacio, te agrego a mis enlaces.
¡Saludos!
Antes me gustaba el gore. Ahora pienso que calificar de buena esta clase de pelicula es como calificar de buena, una pelicula pornografica. No se como puedes aguantar ver eso.
ResponderEliminarSaludos
Tiene que ser bestial, pero me horroriza lo que pueda ver....por cierto..¿Dónde la has vsto?? un saludo!!
ResponderEliminarno es una mala pelicula
ResponderEliminares una pelicula mala
Interesante, habrá que verla...
ResponderEliminarSaludos!
Me habían comentado sobre esta película tiempo atrás. En lo personal con Hostel 2, decidí que no vería más este tipo de películas, y no por lo fuertes que pueden ser (he visto ahogados de varios días en directo); sino más bien porque encuentro que lo que últimamente se hace en cuanto a cine de terror comercial es 'una mala historia como complemento del morbo', 'que el morbo (entiéndase sangre, surimiento, sexo, etc.) como complemento de la historia'; y como has dicho, encuentro de veras terrorífico lo que se insinúa más que lo que se muestra directamente. Pero bueno, en gustos no hay nada escrito. Saludos
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