martes, 19 de octubre de 2010

EL GRAN VÁZQUEZ 5'5 / 10

Santiago Segura siempre estará estigmatizado por Torrente. Se ha escrito que este Vázquez rompe con lo que había hecho el actor, algo que no hace honor a la verdad. El artista español siempre se ha mantenido fiel a un humor cazurro, a veces ha coqueteado con el mal gusto, y ya sea como director o como actor ha defendido personajes locos, con tendencia a la escatología y a la visceralidad, papeles que le han llevado a transforarse físicamente para, de paso, construir poco a poco esa condición de artista renacentista de calado popular (él es publicista, actor, director, domador de fieras y coleccionista de freaks). Vázquez, más que un punto y a parte en la carrera de Segura, me parece un lógico punto y seguido, una coma tal vez en esa ristra de despropósitos donde figuran avergonzadas cosas como La máquina de bailar (dirigida, valga la relación, por Óscar Aibar, realizador marciano de la película que nos ocupa). Habría que separar la labor del director (Aibar) y la del actor, pero Santiago Segura lo impregna todo. Una lástima, porque la ambientación de posguerra y la estética comiquera resulta agradable. Segura, en cambio, es otra vez un graciosillo que no me despierta ninguna empatía. El gran Vázquez, que debería ver a Álex Angulo con una nominación al Goya al mejor actor de reparto, es una película correcta, entretenida aunque no calen ninguno de sus chistes. Esta vez las espadas no van hacia Segura: la película y su personaje son un cartoon que guste más o menos se alimenta de su particular gracia (destaca la exagerada tarea de Mercè Llorens, muy a tono con el surrealismo del conjunto). Aún así todo es demasiado neutro: debería ser trepidante para ser una buena comedia, y la intuición nos dice que una narración con mayor tendencia al drama también hubiera jugado a favor de la película. El gran Vázquez es el/lo que es, un poco alargada, un tanto mema y en todo caso inocua. ¿Cuándo recuperará Aibar el brío de Platillos Volantes? El próximo peldaño será rodar el biopic de Ibáñez, tan citado y recurrido en El gran Vázquez que uno llega a pensar que se han equivocado de personaje protagonista. De grande, nada de nada. Y otra cuestión: ¿qué hacía en la sección oficial del Festival de San Sebastián?


La interpretación: Álex Angulo, el único actor que se contiene y se desmadra en el momento oportuno. Sus gestos, sus miradas... todo está estudiado al detalle. Ojalá El gran Vázquez reactive su carrera.

La gente se ríe con: Vázquez y sus intentos por convencer a su jefe de que su padre ha muerto varias veces.

Sentí vergüenza ajena con: Vázquez pasándose por un cojo con tal de poder pasar el paso de peatones antes que nadie. O Vázquez diciendo a su hijo que antes debe gastarse el dinero en putas que ahorrarlo. La España cañí revive de la forma más rancia.

La escena: Vázquez y su amante saliendo de un hotel sin pagar. 

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