Vincere se estrenó en el pasado Festival de Cannes con división de opiniones. Bellocchio, aún poco conocido fuera de Italia, ha conseguido una película bastante intensa que, sin deslumbrar, es bastante competente en todos los niveles. La película es una crónica del activismo socialista y posterior dictadura fascista de Mussolini, episodios importantísimos de la historia del S. XX que Bellocchio retrata con imágenes de archivo. La cinta es también la narración de uno de los capítulos más olvidados de la figura de Il Duce: la desesperación de Ida Dalser, una de las amantes de Mussolini que siempre luchó para que su hijo fuera reconocido como primogénito del político. Entre realidad y ficción, nos quedamos con el segundo apartado: la crónica de una obsesión, un desamor, la locura personal y la de todo un país en convulsión; un amor fou de ritmo pausado, con reminiscencias al drama descarnado y el cine negro (es más críptica y onírica que sus compañeras de género), que estalla en sus escenas finales cual olla a presión, todo para facilitar el lucimiento de la estrella Giovanna Mezzogiorno (los momentos del manicomio la conectan con la Angelina Jolie de El intercambio). Una historia general y otra particular contada entre tinieblas, con una exquisita fotografía y banda sonora. Más clásica que Gomorra, menos ácida que Il Divo, Vincere es a ratos un telefilm de lujo, una trama con demasiados subrayados y, en sus mejores partes, un drama político y romántico de alto voltaje. Bellocchio evita la polémica, algo que puede entenderse como algo positivo o negativo según el caso. Sea como sea, Vincere es una forma sana de recuperar el pasado, una práctica de la que nuestros vecinos germanos son unos maestros (La vida de los otros a la cabeza).
Vincere adolece de un metraje demasiado largo. La síntesis no parece ser una de las virtudes de Bellocchio y algunos parajes son de una teatralidad forzada. Afortunadamente, Mezzogiorno y Tini dan toda la carne en el asador y logran que el resultado final sea satisfactorio. Vincere funciona como culebrón histórico de mediatarde y cuenta con los recursos de la mejor superproducción, suficientes ingredientes para que alguien se digne a estrenar la película en España (lo hará el 11 de junio). Mezzogiorno se afianza como una de las actrices europeas más importantes de la actualidad (nada justifica su no nominación en los EFA del pasado invierno) y el cine italiano, que casi nunca consigue distribución internacional, demuestra ser más complejo e interesante de lo que intuíamos. Vincere no gana, pero destaca: ya era hora de que Mussolini, el tercer capo tras Hitler y Franco, tuviera su particular biopic. Inclúyanla en la lista de visionados (bueno, diremos descargas) urgentes.
La tenia descargada, pero este ultimo mes ha estado fatal... la proxima semana estoy libre de escuela y la vera (al igual me pondre al corriente con infinidad de pelis) y mandar notas del cinerankin'
ResponderEliminarSaludos...