Parisina de 46 años, Juliette Binoche lleva treinta años en una industria y arte de la que ya es musa honorífica. Jean-Luc Godard lanzó su nombre en un lejano 1985 con Je vous salue, Marie, un arranque impecable de la que sería una carrera deslumbrante. Ha sabido consolidarse en la escena francesa, europea y americana, sin abandonar títulos de calidad y potenciando el cine de autor: con ella han trabajado en los últimos años Assayas, Haneke, Gitai o Kiarostami. Parte del compendio Paris, je t'aime, Binoche representa París y Francia por todo el mundo. Cara dulce que, aunque bella, no sigue el cánon de belleza habitual, figura maternal, actriz camaleónica que domina el registro trágico y el cómico (incluso es la parte femenina de una de las parejas más extrañas de la década: el tándem Carrell-Binoche en Como la vida misma). En su vitrina figuran el Oso de Oro, la Copa Volpi, el Oscar de Hollywood y un premio César, aunque cuenta con ocho nominaciones (algo nos dice que, como sucede aquí con Maribel Verdú, uno no es profeta en su tierra, aunque ha dejado filmarse por Klapisch, Leconde, Rappeneau o Téchiné). Su último trabajo es Copie Conforme, con el que intentará pelear por esa Palma de oro que aún le falta. A la espera de nuevos reconocimientos, ella sola, en un fondo azul y con un pincel mágico, protagoniza el cartel de este Cannes 2010. Una delicatessen.
Sobornó a la Academia a base de chocolate. Y es que a nadie le amarga un dulce... Depp, Dench y Molina se apuntaron al convite. Para chuparse los dedos.
6. CÓDIGO DESCONOCIDO, de Michael Haneke (2000)
El extraño experimento de nuestro austríaco preferido tenía la cara de Binoche. Una experiencia y una interpretación extrema.
5. CACHÉ (ESCONDIDO), de Michael Haneke (2005)
¿Tenía una relación extramatrimonial con su amigo? ¿Era causa, consecuencia o simple víctima de los extraños envíos de cintas? Escondida, pero presente.
4. LE VOYAGE DU BALLON ROUGE, de Hou Hsiao-Hsien
Nuestra titiritera favorita sumida en un caos monumetal. Lírica y globo rojo en un París de ensueño.
3. LES AMANTS DU PONT-NEUF, de Leos Carax (1991)
El París nocturno y marginal desde el puente más emblemático de la capital. Perdió la vista y el mundo ganó la relación amorosa más extrema del país vecino. Obra maestra.
Volvería a trabajar con el difunto Minghella en Breaking and entering y su enfermera en tiempos de guerra es inolvidable. ¡Qué cosas!: compartía escenas con el mismísimo Sayid.
1. TRES COLORES: AZUL, de Krzystof Kieslowski (1993)
El color de la libertad y el vivo rostro de la desolación. Una interpretación de película, una película que nunca olvidaremos.
Presumiendo de estatuilla.
AMO A BINOCHE ;)
ResponderEliminarExcelente trabajo Xavier.