Imagínense que los treinteañeros de Un lugar donde quedarse llegan a asentarse en esa casa que vislumbran al final de la película. Podría pasar el tiempo y convertirse en una familia como la de American Beauty. Años después llegaría la crisis, la madre podría morir (Revolutionary Road), el padre cambiaría de trabajo y los hijos sufrirían las consecuencias de un hogar roto (Camino a la perdición). Una década después, el primogénito iría a la guerra y rememoraría su tétrico pasado desde los campos de polvo y minas (Jarhead). 'No seguiré la estela de mis padres', se dirá a sí mismo, pero cincuenta años más tarde vivirá con una mujer que no aguantará; de la que, para evitar sus regañinas y paranoias, se alejará apagando a escondidas su desgastado sonotone (la demoledora estampa final de Revolutionary Road). Este pequeño juego justifica que Sam Mendes, con cinco películas, goza de un discurso sólido, aunque su estilo cambie de forma brusca. A Mendes se le ha prejuiciado en demasía por su presunto academicismo, pero Un lugar donde quedarse demuestra que el marido de Kate Winslet sabe en todo momento qué contar y cómo contarlo. Como los más grandes, Mendes titubea con los géneros: Revolutionary Road es su melodrama hollywoodiano; Camino a la perdición, su incursión en el cine gangsteril; Jarhead, de lejos su peor título, un experimento de naturaleza (anti)bélica; y la que aquí nos ocupa, la hermana independiente, que no menor, de una filmografía en alza. No hay copia, sino personalidad y solvencia; no hay géneros, sino imágenes, lugares comunes que el director adjunta a sus relatos para definirlos, identificarlos y, al final, trascender la etiqueta. Al cine de Mendes pueden reprochársele muchas cosas, pero su gran baza reside en presentar relatos con problemas, armas abiertas a debate, cintas que conectan con una idiosincrasia y una sociedad moderna, dispuestas casi siempre a revelar la parte más oscura del alma humana. El cine de Mendes es un arte problemático que habla de la imposibilidad de ser normal en un momento histórico tarado, de la búsqueda del hogar y de la pérdida de valores, de matrimonios que se rompen y contiendas armadas que corrompen a sus soldados. Mendes aparece como uno de los narradores más importantes de la década porque, aunque sus películas no sean perfectas, sí son piezas de interés artístico y calado social. Mendes no es ni excesivamente duro ni excesivamente blando en sus discursos, pero plantea enigmas, y ello ya lo diferencia de la gran mayoría de autores. De aquí que Un lugar donde quedarse sea mucho más de lo que parece y deba reivindicarse como una de las joyas más menospreciadas del 2009.
Que Un lugar donde quedarse se estrene meses después de Revolutionary Road ya es un indicador de que Mendes es más ecléctico e hiperactivo de lo que parecía. La perfección técnica queda aparcada, al menos a simple vista, en una cinta armada sobre un guión solidísimo, digno sucesor de los libretos de Alan Ball. La caricatura, el drama y la rica descripción de personajes son las bases de este viaje con cinco paradas y un epílogo, momentos que equilibran cierta pesadumbre con la comedia surreal. Tras el viaje, el espectador encontrará el final más vitalista de Mendes y su cinta más desenfadada. Algunos la interpretan como una oda a la apatía o una colección de personajes patéticos... craso error: Un lugar donde quedarse y Revolutionary Road se funden a modo de binomio contradictorio y deben disfrutarse como partes de una misma trama. Y si no quedan convencidos, solo debemos remitirnos a las mejores escenas del film, momentos que sí provocan nuestra (son)risa, mérito que no consiguen muchas comedias indies de moda. Un lugar donde quedarse, que también podría asociarse con los films de Nancy Oliver o Wes Anderson, no es peor que Pequeña Miss Sunshine o Juno, incluso supera en ingenio a muchos guiones que, en esta temporada de premios, están siendo mimados por la crítica de prestigio. Quizás este es el destino de Un lugar donde quedarse, ya que, al fin y al cabo, no deja de ser la hermana fea de una familia rara: Krasinski y Rudolph en lugar de Winslet y DiCaprio, presupuesto modesto versus cifras más altas. Mundos distintos y, a la vez, homónimos, idénticos.
El camino que tomará el cine de Mendes a partir de ahora es incierto. No es un autor perfecto y tendrá que lidiar muy duro para obtener el prestigio que merece. Este analista, a la espera de nuevos viajes, aplaude el devenir de estos seres dubitativos, simpáticos, niños y adultos. Y mientras, me pregunto por qué nadie la tiene en cuenta para esta temporada de premios, sobre todo en guión original y reparto. Súmanse a la fiesta: vale la pena.
Nota: 8
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ResponderEliminarHas hecho que me atraiga esta peli. Asi como "Revolucionary Road", que no la vi tampoco.
ResponderEliminarSaludos Xavi!
Te espero comentando en mi critica de "La Nana"
PM
A mi Revolutionary road me pareció descorazonadora, me has convencido para que Away We Go sea mi próxima película.
ResponderEliminarNo me la he podido conseguir en ninguna parte, debo decir que de Sam Mendes solo me ha gustado Road to Perdition, pero no mucho mas.
ResponderEliminarExcelente Crítica Xavier.
Yo te invito a leer la mia de "The Messenger" una cinta que creo que te va a gustar y que te la recomiendo.
Saludos!
Buena crítica Xavier, aunque hay una cosa con la que no estoy de acuerdo.
ResponderEliminar"Jarhead" no es ni mucho menos la peor película de Mendes, para mí supera con creces a "Revolutionary Road" (a pesar de ser ésta un sobresaliente film), y se encuentra en dura pugna con "American Beauty" y "Camino a la perdición".
Considero éste trinomio (no sé si existe la palabra jeje) como una de las mejores cosas que le ha pasado al cine en las últimas décadas.
Yo he conseguido "Un lugar donde quedarse" vía Ares (apunta VitoneMen) y la veré próximamente.
Espero que no me decepcione, ya que sería la primera peli de Mendes que lo hiciera.
http://cinedemencia.blogspot.com/
Un saludo!
Excepto esta película, no he visto ninguna otra de Mendes (ni American Beauty, ya lo sé es un pecado) y tengo que enmendar ese error cuanto es.
ResponderEliminarUn lugar donde quedarse me disgustó bastante. La primera escena me pareció muy interesante por como está pensada y la actuación de la pareja protagonista me resulta de lo mejor de la película, pero es que no veo ningún otro matiz a destacar de la historia.
Lo de los personajes estrambóticos es absolutamente exagerado; parece como si estuviéramos esperando en cada escena a ver cuál es el personaje más raro que se nos aparece en pantalla (creo que sólo se salva la hermana de ella y la pareja por la que deciden quedarse en no sé qué ciudad, aunque algo de raro tienen).
Y los diálogos entre ellos dos no me gustan nada, hasta se me repite su drama sobre su futuro como padres.
Bueno, se puede ver, pero también se olvida rápido, por lo menos por mi parte.
Un saludo!
Bonita obra independiente. Me gustó mucho. La prueba definitiva del Mendes ecléctico, sí.
ResponderEliminarQue bueno que te haya gustado, esta pelicula la vi hace bastantes meses atras por dos razones: que la protagonizaba Krasinski y como buen fan de The Office debia verla, y segundo porque la dirigia Sam Mendes y habia un buen elenco, eso si como escuche poco sobre ella, no la vi con tanta expectativa, pero al finalizarla quede impresionado con lo buena que es la cinta, una pelicula pequeña, humilde, que se hace querible con el correr de los minutos y que me dejo con una linda sensacion al final, algo raro siendo pelicula de Mendes.
ResponderEliminarPienso similar ademas con lo injusta que a sido la critica con ella, tambien creo que a sido menospreciada y que deberia ser un actor mas dentro de los premios y no un espectador que ve de lejos como otras cintas acumulan premiaciones, siendo inferiores a Away we go. Me habria gustado reconocimientos a Krasinski, Rudolph, Janney y compañia por su buena labor, ademas las loas para el guion.Comparo con (500) Days of Summer, una buena pelicula igual y que a sido reconocida por la prensa, pero a mi entender Away we go la supera, ojala alguna vez sea valorada tal como se la merece.