Revestida de nuevo interés tras sus 5 nominaciones a los Goya, El cónsul de sodoma inaugura el año con una pequeña polémica y una historia de naturaleza extravagante. El film retrata la vida de Jaime Gil de Biedma, uno de los poetas más importantes de la literatura española del pasado siglo. Con esta premisa, el film navega entre el retrato histórico, el biopic respetuoso y un conjunto técnico bastante acorde. De la misma forma que Gil, comunista, homosexual y de linaje alto, vivió en una eterna contradicción, entre varios hombres y mujeres y a la búsqueda de dos países, la película discurre no menos liosa: empieza sin previo aviso en Filipinas, viaja a una España de postguerra y acaba en pleno auge ochentero. Parida con la pulcritud de lo cronológico, la película incluye momentos de gran belleza con otros bastante risibles, contradicciones que se agolpan, que nunca llegan a desentonar y que otorgan a este cónsul del desenfreno una extraña identidad, entidad. El film retiene un alma intelectual y siempre quiere ir más allá del cliché, aunque, esquivando lo obvio, se peca de extraño y se cae en lo alternativo, al fin y al cabo otro cliché. La vena seria, pausada, sesuda del film se justifica ya desde el propio título, un juego de palabras de conciencia (y a conciencia) no comercial. Y no menos contradictoria es la interpretación de Jordi Mollà, un actor que inquieta. El catalán dibuja un Gil de Biedma de altura, aunque en ocasiones el espectador no sabe si está viendo al poeta o a una parodia del artista. Pese a todo, nadie debería quejarse si gana el Goya. Se respira un cine español igual, pero diferente, otra contradicción. Viva la indecisión porque El cónsul de sodoma, con sus lagunas y logros, es una película arriesgada en la que el espectador no sabe a dónde va, aunque su director domine en todo momento las riendas de su relato y la historia (de la historia) de su personaje. Vale la pena, solo sea por el simple morbo de ver las escenas sexuales más explícitas del cine patrio más reciente. ¿Amará el pintor Goya el desenfreno, la no lógica, la poesía, lo contradictorio? Servidor, pese a la densidad del conjunto, sí.
El cónsul de sodoma atesora muchas de las caras más representativas del nuevo cine español. Brendemühl, musa masculina de lo alternativo (y genial: véase Las horas del día, para muchos la mejor cinta española de la década), se lía con Bimba Bosé, andrógina fotogenia, y Vicky Peña, por citar los nombres más representativos. En catalán, castellano, inglés, filipino y francés, la película supone el largometraje más ambicioso del valenciano Sigfrid Monleón, célebre por La isla del holandés y sus coletazos documentales. Es de esperar que Monleón empiece a ser conocido entre el gran público porque El cónsul de sodoma demuestra que tiene futuros e interesantes relatos a contar. Aunque Peña no tenga demasiados minutos en pantalla, las 5 opciones de premio se antojan bastante justas. Alguien contradirá el comentario, pero su póster me parece una joya minimalista, llena de magia: la viveza de unos ojos perdidos y el negro rotundo de un título pomposo. Exacto: la perfecta estampa de la contradicción. No dejen que desaparezca de la cartelera.
Un film curioso. Espero verlo cuanto antes. Por cierto, cuando tu veas pasate por el blog y apuntas las ultimas notas para el cineranking. He añadido alguna mas como Celda 211. Las que esten actualizadas lo pondra claramente, en letras muy grandes.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Xavier!!
ResponderEliminarbueno, como bien dices El cónsul de Sodoma es de esas películas que salen beneficiadas tras el anuncio de las nominaciones a los Goya. No la he visto, no sé si lo haré, y aunque elogias a Jordi Mollá, creo que este año se lo llevará una vez más Luis Tosar, soberbio en celda 211.
Un saludo!!!
Buena reseña, aunque lo cierto es que todavía no he podido disfrutar de este film. Sin embargo desde que vi su estreno me llamó la atención y no creo que tarde mucho en ir a verla.
ResponderEliminarDel mismo modo añadir que estoy de acuerdo con Ismael en que muy buena tiene que ser la actuación de Jordi Mollá para sobrepasar a la magnífica puesta en escena de Luis Tosar en Celda 211 (Película de la cual os invito a leer el comentario añadido hoy en mi blog: http://popcornandfilms.blogspot.com).
Un saludo!
LO MILLOR DE GIL DE BIEDMA,VA SER LA SEVA OBRA,FET QUE LA PELI IGNORA.
ResponderEliminarJUGANT AMB BCN.