2009 EN 9 IMÁGENES

1. EL TÍO OSCAR REPARTIÓ SUERTE

La espera estampa tuvo lugar en un Kodak Theatre de tonos azules: Penélope Cruz ganaba la estatuilla a mejor actriz secundaria. Su discurso, un emotivo recuerdo a su niñez en Alcobendas, recorrió todo el planeta. No menos sonado fue el oro de Winslet, por fin ganadora tras tantos intentos fallidos. La Academia hizo justicia en la que fue la mejor gala de la década, con una ganadora indiscutible (aunque solo a nivel de números: 8 premios para Slumdog Millionaire), un momento para el recuerdo (Oscar póstumo para Heath Ledger) y un duelo que ganó Sean Penn contra un irreconocible Roorke. Menuda noche la de aquel día...

2. LA POLÉMICA QUE VINO DEL FRÍO

Von Trier se guardaba un as en la manga. Terminada su depresión, el danés protagonizó la proyección y la rueda de premsa más escrita y discutida del Festival de Cannes. Sin duda, Antichrist ha sido la película del año, el único título capaz de dividir de forma insalvable y radical a crítica y público. Sexo explícito, violencia hiriente y un prólogo y epílogo en blanco y negro y a cámara lenta. Los grandes autores hicieron acto de presencia en 2009: David Fincher, Clint Eastwood, Hayao Miyasaki, Woody Allen, Stephen Daldry, Spike Jonze o Gus Van Sant estrenaron sus nuevos trabajos. Pero el mago Trier reclama la cima del trono.

3. LA PALMA DE ORO MÁS ESPERADA

Las suspicacias no eran pocas. Muchos imaginaban que Huppert, en calidad de presidenta del jurado, premiaría a Michael Haneke, autor, mentor y amigo. The White Ribbon ganó una Palma de Oro que Haneke reclamaba desde hacía años. En 2001, La Pianista perdió ante La habitación del hijo; en 2003, la incomprendida El tiempo del lobo vió ganar a Elephant; en 2005, Caché dió paso a L'enfant (El niño); en 2009, Haneke tocó el cielo. Por la Croissette también vimos lo nuevo y bueno de Isabel Coixet, Ang Lee, Jane Champion, Francis Ford Coppola, Jacques Audiard o Andrea Arnold. Un buen festival, un gran año.

4. EL OSO HABLÓ ESPAÑOL

Lo nuevo de Claudia Llosa llegaba a Berlín con la responsabilidad de representar un país (Perú), una lengua (ketchua) y un pasado (el terrorismo de Sendero Luminoso). Tilda Swinton no se asustó y leyó el nombre más esperado. Magaly Solier abandonó su humilde poblado y acaparó entrevistas, portadas y homenajes. El cine hispanoamericano vivió su etapa de oro con nombres como El secreto de sus ojos, La nana, El niño pez, Sin nombre, Rudo y cursi, Mal día para pescar, La ventana, Gigante (también en Berlín), El año que mis padres se fueron de vacaciones, Amorosa Soledad o Arráncame la vida. No todos los títulos se estrenaron en España, pero su paso por festivales diversos demuestra el vigor de un cine en alza.

5. EL AÑO DEL FENÓMENO LARSSON

Lisbeth Salander y Michael Blomvist se convirtieron en la atípica pareja del momento. Vinieron del frío y estuvieron cinco meses en cartel. Los libros se vendieron como churros y las películas, sobre todo la primera, eternizaron cual tortuga un éxito inesperado. La familia del fallecido Larsson se peleó por la herencia del escritor convirtiéndose, vaya paradoja, en una especie de familia Vanger con más sombras que luces. Lo nórdico triunfó en Eurovisión, a nivel turístico y vendiendo cremas de belleza. En la gran pantalla, enamoró Déjame entrar y dignificó el estúpido amor por lo vampiro. Modas, fenómenos, éxitos.

6. EL CINE ESPAÑOL SALE DE LOS NÚMEROS ROJOS

Agora superó los 20 millones de euros en un año de taquillazos rotundos: Up y Luna nueva a la cabeza. Bienvenidos al norte vino acreditada por su éxito en tierras galas, a Harry Potter le falló la varita, Tarantino superó los 10 millones, Ángeles y demonios sobrevivió, El curioso caso de Benjamin Button fue el primer número uno con solera, Resacón en Las Vegas marcó un hito en yankilandia, Emmerich volvió a tirar el planeta por la ventana en 2012 y Avatar clausuró la nómina de superproducciones (tuvimos nuevas entregas de Destino Final, Transformers, Terminator, La pantera rosa, La edad de hielo, Noche en el museo, Ong Bak y una censurada continuación de Saw). Rec 2 revitalizó las secuelas y salvó el cine español de la crisis: también ayudaron Celda 211, Planet 51, Spanish Movie, Los abrazos rotos, Al final del camino, Fuga de cerebros y Mentiras y gordas. ¿Crisis: qué crisis? El truco está en el 3D, sistema nacido, crecido y consolidado en 2009.

7. FRANCIA DA EL DO DE PECHO

Nuestros vecinos nos regalaron algunas de las mejores obras del año. La clase peleó por el Oscar, El vuelo del globo rojo sorprendió, Un cuento de navidad entusiasmó a más de un bloggero, El primer día de nuestras vidas llegó a ser la primera del Cineranking, Coco avant Chanel ganó un insuficiente alto, Bienvenidos al norte y LOL nos divirtieron, con Háblame de la lluvia volvió Jaoui, Un prophète eclipsó Cannes, Home se confirmó como lo más original del otoño, París de Klapisch, París, París de Barratier, las ganadoras del César Cuscús y Séraphine, y 35 rhums que, pese a no estrenarse, ganó adeptos en blogs y webs varias. Vive la France et le cinéma français.

8. ECLÉCTICA EUROPA, SONADO DESCARTE

La Academia ninguneó a Los abrazos rotos y la furia de muchos críticos acaparó blog y periódicos. Almodóvar destacó en un año de gran cine europeo: Italia (Vacaciones de Ferragosto, Ex), Turquía (Tres monos), Polonia (Katyn), Alemania (Cerezos en flor, Facción del ejército rojo) o Inglaterra (Buscando a Eric y Moon, ganadora en Sitges) trajeron lo mejor de sus cinematografías, aunque el cine americano volvió a imponer su particular dictadura. Y no podemos olvidar la película española más europea del año: Tres días con la familia, la joya en bruto de la velada.

9. REESCRIBIR LA HISTORIA

Tarantino metió a Hitler en el cine para matarlo. Amenábar recicló a Hipatia, antes semidesconocida, y otras películas adaptaban la historia con filtros made in America: Valkiria y Defiance. La sátira de Napoleón y yo, los biopics Julie & Julia, Frost/ Nixon y Enemigos Públicos o la demoledora City of live and death también acapararon la atención de todos. Y la historia que afectó a las historias: muchos dijeron que la falta de estrenos potentes era resultado de la huelga de guionistas de un año y medio atrás.