

Los países nórdicos son europeos y, por lo tanto, relativamente cercanos; inspiran confianza y, a la vez, nos atrae su recato y gélido exotismo. Los cinéfilos han bebido de toda esta euforia y es de justicia poner las cosas en su sitio: ni ABBA era un tótem musical (su film, pese a todo, pasa el examen con nota) ni Déjame entrar era una obra maestra. Si antes era elitista, bohemio y correcto entre ciertos círculos hablar bien del Dogma 95 (la moda ha cambiado: ahora debe repudiarse a Von Trier y secuaces), en la actualidad vivimos en un eterno complejo de inferioridad y los suecos, con su cine oscuro, falsamente críptico e intelectual, son los reyes del mambo. Déjame entrar es más fiel a la fórmula Crepúsculo de lo que parece y no tiene nada que envidiar a nuestras El orfanato o REC (aunque esta última no me guste por otras razones). Sí: los países nórdicos son la cuna de muchas cosas (Bergman, sin ir más lejos, nació en Suecia), pero ello no justifica tanta propaganda, tantas reseñas y tanto bombardeo. Lo nórdico está de moda... y, sinceramente, ya estamos un poco hartos.

cuando algo se pone de moda, nos lo comemos hasta las últimas consecuencias, jeje. tienes razón, pero no indignes con el tema de lars von trier. deja a boyero i cia que digan lo que quiera, nosotros ya disfrutaremos.
ResponderEliminarun saludo,
david
www.festivalesdecine.tk
pero yo todavia no me arte ;-)
ResponderEliminarSi no vi ninguna de las que nombras jajajajjaja
por otro lado, esta bueno, aun cuando no me gusten las modas, en el ambito cinematografico esta algo bueno que las modas vayan rotando de paises asi nos permite eso conocer más cine!! Y que esas pelis lleguen a lugares que sino no llegarian
Saludos!!!
harte ;-)
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