Cada tiempo indeterminado surge una película amable que sin hacer mucho ruido va conquistando la mente y el corazón del espectador. Son películas sin campaña publicitaria, con marcada presencia en festivales y con el boca a oreja de la audiencia como su mayor reclamo. Los limoneros, al igual que Caramel hace unos meses, encaja a la perfección en esta descripción. Eran Riklis ha dirigido una propuesta amable y compleja que, sin ser demasiado liviana ni demasiado dura, supera de lejos cualquier espectativa y gana en fuerza y lecturas con el paso del tiempo.
Los limoneros es una historia simbólica de tolerancia y dignidad donde una explanada de limoneros representará los ánimos diezmados de un país en contínua guerra, en perpetuo movimiento. El film es un cuento entretenido que toca temas como la soledad,el analfabetismo,las diferencias sociales, el papel de la mujer dentro de sociedades marcadamente machistas, la familia o la distancia que existe entre el pueblo llano y el aparato burocrático de un país como Israel, a medio camino entre Europa y Asia, entre el progreso y la marginalidad. La dicotomía de lo real y lo ficticio se asienta en la trama cuando el recién escogido ministro de defensa decida ir a vivir con su esposa a escasos metros de Salma, un mujer viuda que vive por y para el cuidado de unos limoneros de larga tradición familiar. Los árboles representaran un peligro para la seguridad del ministro, iniciando una guerra judicial paralela a la real batalla. La tenacidad de Salma la eleva como héroe del relato; el personaje se atreve a romper los esquemas sociales y decide emprender una empresa utópica que, al no tener ni buenos ni malos, tampoco se resuelve con vencedores o vencidos. Ante el conflicto,la manipulación, nadie puede salir airoso. Es en esta medianía donde el film gana en fuerza y verismo, conservando uno de los planos finales más destacados del año.
Dos mujeres separadas por una simple valla metálica, dos historias de dolor y silencio que nunca se darán cuenta de lo mucho que comparten. La condición femenina, rasgo definitorio de Caramel, sigue siendo importante en Los limoneros: al fin y al cabo, la mujer se supone más compleja y fuerte que el hombre, y por ello, las mujeres, pese a ser arrinconadas por la sociedad, acaban siendo los factores que alteran el discurrir del macho. Los limoneros está tan bien engarzada que difícilmente podrá tener enemigos; es este un film simpático, apto y necesario para todos los públicos, un título que se reivindicará dentro de unos años en revistas, blogs y demás medios de comunicación. Es una película que habla y sucede en el presente, y que a su vez es universal al tratar la esencia, el alma humana. Un film didáctico apto para multisalas, cineclubs o colegios. Un consejo: vean la película lo más pronto posible porque luego será difícil de rescatar vía dvd. El tiempo, como debe pensar Salma a lo largo de todo su periplo, pone las cosas en su sitio.
me declaro fan de Hiam Abbass, en the visitor la encuentro fantástica, tender que ver los limoneros.
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