Este fin de semana estaré ocupado enunciando a Chomsky, Bloomfield y otros lingüistas de medio pelo. A cambio, he decidido adelantar esta entrada antes de los oscar, cuando el texto aquí recopilado ganará en sentido y lecturas. Los Oscar han tratado de forma desigual a los productos indie, cuya naturaleza no deja de ser una mera etiqueta que, contradiciendo su definición, tan solo inmiscuye temas comerciales. El concepto indie se ha devaluado con su uso y abuso. ¿Qué es, pues, y tras tantos avatares, un film indie? Para mi entender, una película indie trata temas eminentemente americanos desde un lenguaje innovador o con características estilísticas que la diferencia de las demás. La comunión entre lo minoritario y lo mayoritario ya fue (cor)rompida en su día por Soderbergh, Tarantino o Nolan. Y ahora Hollywood adopta estos títulos, los endiosa con nominaciones al oscar y apoya pequeños fenómenos de taquilla. ¿Cómo ha sido la relación entre lo indie y la Academia?, y partiendo de esto, ¿seguirá esta unión en galas venideras?
Existe un antes y un después tras el año 2000. La Academia premió por obligación y descarte a American Beauty, primer film del interesante Sam Mendes. American Beauty no supone nada novedoso en su tema pero si en su forma. American Beauty es en el fondo un film muy liviano que ni critica al american way of live ni se rie de él. Mendes es más condescendiente que Todd Solondz pero no tan radical como Eastwood y sus alardes republicanos. Todo ello hace del film un título apreciable, pero no valiente. Sería toda una peripecia del destino que Mendes volviese a ganar el premio por Revolutionary Road, una película que ni pretende ser polémica ni pretende dilapidar la política, cultura y sociedad americana. Mendes, pues, parece habernos aclarado su posición al respeto, defendiendo aquello que en su día pareció criticar.
Tras In the bedroom (En la habitación) y Adaptation (El ladrón de orquídeas), los oscar ensalzaron la sutileza de Lost in Translation, obra magna de Sofia Coppola. Peter Jackson vivió su momento dorado, pero la ganadora moral de la noche fue un cine minimalista que prefiere contar una historia por encima de cualquier concepto. Coppola fue galardonada con el premio al mejor guión original, compensación que también recibió Charlie Kaufman con la fantasiosa y fantástica Olvídate de mi.
2005 fue la consagración definitiva del cine minoritario en los Oscar. Lejos de los premios y la superficialidad de Gladiator y Una mente maravillosa, la Academia apadrinó uno de los films más serios de Spielbergh, Munich, además de Capote o Brokeback Mountain. Lejos de un posible cambio, Hollywood optó al final por premiar lo de siempre, aunque esta vez desde la fórmula de las historias cruzadas, un método artístico nacido en los 90 con Short Cuts. Crash no es tan mala como dicen ni tan buena como para ganar de forma descarada tres oscar sobre Brokeback Mountain, la favorita por la mayoría. De aquí nace una de mis teorías: el cine indie siempre triunfa cuando, en el fondo, la naturaleza del relato es puramente comercial. De aquí el éxito de comedias indies que, en verdad, defienden la tradición familiar más recalcitrante (Pequeña Miss Sunshine) y denostan el aborto (Juno). No hay mejor estrategia que ser conservador y no parecerlo.
Hay mucha falsedad en ser o no ser indie. Está claro que la Academia ha cambiado y que sus premios valoran otros aspectos antes imposibles. No es país para viejos o Pozos de Ambición hubieran sido ninguneados en años donde Forrest Gump, Paseando Miss Daisy o Kramer contra Kramer acaparaban toda la atención mediática. Este año parece que será el retorno de los grandes blockbusters (Australia, The reader, Revolutionary Road). Los títulos indie pelean por meterse en la carrera, muchos de ellos favorecidos por las interpretaciones de sus protagonistas (Vicky Cristina Barcelona, Frozen River, La boda de Rachel, The Wrestler). Slumdog Millionaire parece ser la apuesta de todos, pero la película de Boyle, y tras ver las tónicas habituales de años pasados, lo tendrá muy complicado porque carece de atractivos para ser un éxito de taquilla, de actores de renombre o de un argumento que describa el ahora de la sociedad americana. ¿Volveremos hacia el prototipo de hace diez años con Titanic?, ¿habrá sorpresas de última hora?... la carrera hacia el oscar sigue compleja y emocionante. To be continued...
INDIES EN LOS OSCAR
1999: AMERICAN BEAUTY, CÓMO SER JOHN MALKOVICH
2000: POLLOCK
2001: IN THE BEDROOM (EN LA HABITACIÓN)
2002: ADAPTATION: EL LADRÓN DE ORQUÍDEAS
2003: LOST IN TRANSLATION
2004: SIDEWAYS (ENTRE COPAS), OLVÍDATE DE MÍ
2005: BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE, CAPOTE
2006: PEQUEÑA MISS SUNSHINE
2007: JUNO
2008: ????
Ya está la crítica de Blindness (ceguera) en mi blog, pasen a leerla!
ResponderEliminarhttp://marianotodooscars.blogspot.com
quiero ver sus comentarios en ella!
Lost in Translation es excepcional una obra genial,, la hija supera al padre,,, IN THE BEDROOM es una película genial a mi me encanto en su totalidad,,, y por supuesto este 2008 será de Slumdog Millionaire
ResponderEliminarYa esta la primera encuesta en mi blog sobre la obra interactiva Spot (dirigida por Agustín Peralta y José Barriga), pásate a Votar.
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