La Conjura del Escorial viene a demostrar que no sólo Vicente Aranda se atreve a realizar cine de ambiente y temática histórica, algo no muy frecuente por estas lares. Pero el atrevido proyecto de Antonio del Real cae en saco roto. Conflictos, relaciones indecorosas, conspiraciones palaciegas y la voluntad por retratar con cierta opulencia técnica la cima y declive del imperio español son las bases de un título totalmente impostado, víctima de su propia naturaleza de "coproducción europea". A la poco atrayente historia cabe destacar el sonrojante doblaje español, un hecho que evidencía una vez más la necesidad de defender la versión original con subtítulos (algo que también se mencionará cuando se estrene Vicky Cristina Barcelona). El género que propone Del Real ha conocido momentos mejores con La reina Margot o Elizabeth y no parece que el público esté dispuesto a acceder a una historia sin fuelle, interés, actores reseñables o momentos de acción trepidante. La Conjura del Escorial acaba siendo un telefilm elevado al cubo, una propuesta sosa que pierde toda su enjundia a la media hora (y dura más de dos...). Citar como dato positivo la interpretación de Rosana Pastor, una actriz desaprovechada que construye con maestría un pequeño ejercicio de contención y rabia teatral. Lástima que su trabajo quede enmarcado en una opereta que no recuperará los millones que ha costado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario