sábado, 1 de abril de 2017

CRÍTICA | LA COMUNIDAD DE LOS CORAZONES ROTOS, de Samuel Benchetrit


LA COMUNIDAD DE LOS CORAZONES ROTOS, de Samuel Benchetrit
Francia, 2015. Dirección: Samuel Benchetrit Guión: Samuel Benchetrit y Gábor Rassov Fotografía: Pierre Aïm Música: Raphaël Reparto: Isabelle Huppert, Gustave Kervern, Michael Pitt, Valeria Bruni Tedeschi, Jules Benchetrit, Tassadit Mandi Género: Comedia, Drama Duración: 100 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 10/03/2017
¿De qué va?: Un edificio, seis personajes solitarios y sus encuentros fortuitos dan lugar al desarrollo de esta equilibrada comedia dramática con momentos muy surrealistas. 


La comunidad de los corazones rotos, o en su título original Asphalte, es una película dirigida por Samuel Benchetrit, quien se encarga de adaptar al cine su propio libro Crónicas del Asfalto. El film es una mezcla equilibrada entre la comedia y el drama que transcurre en un edificio de los suburbios de Francia, donde vemos convergir la vida de seis personajes a quienes ocurren situaciones muy surrealistas, pero todo se desarrolla con tanta naturalidad y frescura que resulta imposible para el espectador no sentirse atraído por dichos enredos tan curiosos. La cinta narra la historia de un astronauta americano (Michael Pitt) que tras un error en las coordenadas para su aterrizaje termina en la azotea de un edificio en Francia, y mientras la NASA va en su búsqueda, es hospedado por una mujer argelina, la barrera del lenguaje entre ambos sin duda crea situaciones graciosas a la vez que entrañables (hay que decir que estos dos personajes recrean las escenas más simpáticas de toda la película), mientras dura la convivencia de este par, el film también nos presenta un hombre (Gustave Kervern) quien temporalmente termina en una silla de ruedas y debido a las decisiones previas a su estado lo tendrá todo mucho más difícil, hasta que conoce a una enfermera nocturna (Valeria Bruni Tedeschi) a quien decide acercarse con innecesarias mentiras, al mismo tiempo una actriz desempleada (Isabelle Huppert) se muda al edificio y entablará amistad con su solitario y adolescente vecino (Jules Benchetrit), con quien se producirán encuentros con aroma a homenaje al arte en sí.


Una destacable fotografía y música melancólica acompañan el recorrido vital de los protagonistas de La comunidad de los corazones rotos, la cual a pesar de no tener un argumento claro ni demasiado laborioso, desprende una simpatía única y es en la sencillez de sus personajes y su relato donde radica lo entrañable de esta obra que incluso hace de los sonidos un personaje más. El film también contiene cierto aire u homenaje cinéfilo que va desde mostrar a uno de los personajes viendo Los puentes de Madison, hasta escuchar algún otro defender la valía de las películas en blanco y negro. Una película recomendable aunque, por su falta de convencionalismo, su ritmo pausado, su tono un tanto gris, me atrevería a decir que no es un film para todos los gustos. Pero quien guste del cine surrealista, contemplativo y existencialista, puede que disfrute de esta entrañable comunidad, que al fin y al cabo aunque de manera excéntrica habla de aquello que todos conocemos, los altibajos de la vida.

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