martes, 13 de octubre de 2015

CRÍTICA | THE ASSASSIN, de Hou Hsiao-Hsien


Matar al director
THE ASSASSIN, de Hou Hsiao-Hsien
Festival de Cannes: Mejor director. Festival de San Sebastián: Perlas de otros festivales
Festival de Sitges: Sesión especial. Representante taiwanesa a los Óscar 2016
Taiwán, 2015. Dirección: Hou Hsiao-Hsien Guión: Hou Hsiao-Hsien, Chu Tien-Wen y A. Cheng Fotografía: Mark Lee Música: Giong Lim Reparto: Shu Qi, Chang Chen, Satoshi Tsumabuki, Ethan Ruan, Nikki Hsieh, Ni Dahong, Zhang Shijun, Michael Chang, Jiang Wen, Zuo Xiaoqing, Xu Fan, Tadanobu Asano, Zhou Yunin Género: Drama. Artes marciales. Thriller Duración: 110 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 27/11/2015
¿De qué va?: China, siglo IX. Una experimentada sicaria recibe el encargo de matar a un hombre. A pesar de su habilidad y su instinto asesino, la mujer es incapaz de llevar a cabo su misión.


Antes que nada, vale la pena dejar claro un detalle: Hou Hsiao-Hsien es un director que me merece un gran respeto. Hasta el mejor de los maestros puede sufrir un traspié, así que The Assassin, con toda su belleza y confusión, con toda su fuerza visual y su casi inexistente guión, no desacredita la filmografía del cineasta taiwanés. Con todo, sobre The Assassin sólo se puede hablar de forma directa, sin rodeos ni eufemismos. Y, sintiéndolo mucho, a pesar de haber puesto la mejor de las intenciones durante su visionado, el film me parece una de las fantochadas más grandes jamás realizadas. Una película inasible, confusa, vacía, esteticista. Un poema visual con mucha forma y muy poco contenido. No la entiendo, no la sigo, no me atrapa, no me interesa. No sé si estamos ante el film más austero de la temporada o ante la obra más compleja del año. Que cada uno decida. Sea como sea, The Assassin pone de manifiesto los riesgos que supone revestir la nada más absoluta de tonalidades y atmósferas vistosas. Entiendo el cine como un mecanismo para contar historias, insinuarlas y evocarlas. The Assassin es tan inexpugnable que niega cualquier diálogo con el espectador. Sólo queda el impacto visual de su contorno. Parece cine, incluso un cine imponente, pero no lo es. Una sonora, clamorosa y gigantesca decepción.


Para cinéfilos pacientes.
Lo mejor: La belleza de sus imágenes está fuera de toda duda.
Lo peor: El inexplicable premio que recibió en Cannes.

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