domingo, 7 de junio de 2015

CRÍTICA | NOSTALGIA (NOSTALGHIA), de Andrei Tarkovsky


NOSTALGIA (NOSTALGHIA), de Andrei Tarkovsky
Largometraje del jurado nº 01: Cinoscar Summer Festival 2015
Italia, 1983. Dirección: Andrei Tarkovsky Guión: Andrei Tarkovsky y Tonino Guerra Duración: 120 min. Género: Drama Tráiler: Link Reparto: Oleg Yankovskiy, Erland Josephson, Domiziana Giordano, Patrizia Terreno, Laura De Marchi, Delia Boccardo
Elección y presentación de Mayra Meza: Está claro que el de Tarkovsky es cine para observar y analizar con mucho detenimiento y paciencia. El cineasta ruso usaba las imágenes como palabras y las palabras como poesía. Su filmografía no es extensa, pero sí interesante, agrade mucho o poco el estilo que este cineasta usaba a la hora de hacer sus películas; films que deben ser visionados por cualquiera que se llame cinéfilo. Por tal razón, en esta 3ª edición del Cinoscar Summer Festival, propongo la que fue la penúltima obra de la filmografía de Andrei Tarkovsky, Nostalgia. Espero que disfruten el visionado, o al menos os resulte interesante. 


RESEÑA MIGUEL: Andrei Tarkovsky es un director muy visionario. Todas sus obras tienen una capacidad visual impresionante. Nostalgia también lo es. Ver la película es maravillarte con los espacios, con su estupendo y ambicioso uso de la fotografía, y analizar una encomiable dirección. Su metraje ayuda a introducirte en un estado completo de hipnosis durante sus dos horas. Nostalgia hace las veces de una sesión de relajación. Por otro lado, es del todo comprensible que el cine de Tarkovsky no encandile a todo el mundo, pues su busca de emociones es muy diferente al cine al que estamos acostumbrados. Puede ser pecado de frío, pero para el que escribe la elaboración de la historia a fuego lento acompañada de esas imágenes la vuelve muy emocionante. 

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RESEÑA XAVIER: Siempre he tenido problemas con el cine de Tarkovsky. En función del estado de ánimo, del sueño y de la predisposición de uno, los fotogramas del cineasta soviético pueden embelesar o aturdir, llevarte al nirvana o convertirse en una tortura eterna. Con Nostalgia se repite esta relación conflictiva: confieso que he intentado visionarla varias veces, y en todos esos intentos he caído víctima de cierto sopor. La cuestión es que Tarkovsky siempre quiere hacernos creer que ‘habla de algo’, que trasciende lo visual para hablar de cuestiones poco o nada festivas, y cuando la propuesta es tan radical, servidor está en su derecho de desconectar a los pocos minutos, a pesar de la buena predisposición cinéfila y de reconocerle al cineasta nórdico una habilidad por crear imágenes con alma y atmósfera. Así que, sintiéndolo mucho, poco puedo aportar a esta unión de opiniones, visiones y lecturas de Nostalgia. O tal vez sí: que Nostalgia, treinta años después de su concepción, sea un reto para audiencias inexpertas y curtidas dice bastante de cómo es la película y de cómo era el artífice que se escondía tras la cámara. Tarkovsky en vena, para bien o para mal. 

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RESEÑA DANIEL: El Tarkovsky más personal, más sensible, más humano y más profundo es el que observamos en Nostalgia, una película que versa más allá del razonamiento puro. No se ve como cualquier película; toda la filmografía del soviético encierra ese halo poético, casi místico, cercano a lo ‘celestial’ que en muy escasas producciones se puede percibir. Sus películas se admiran como cualquier cuadro famoso, descifrando los matices en los que está envuelta. Dreyer era otro director cercano, que en su poderosa y sensible mano daba atisbos de maravilla, de fe en el cine, una fe salvadora, redentora, espiritual. Tarkovsky desde el primer minuto, en su impoluta presentación, nos introduce una película contemplativa, llena de poesía, de nostalgia, de desolación, de recuerdos, sobre varios asuntos que trascienden el accionar humano: el desarraigo y la búsqueda del sentido en una tierra ajena. El director sueña, y nos manifiesta con énfasis esas ensoñaciones, esos lugares grises, esos momentos llenos de hostilidad, esas sombras. Hay en Nostalgia ese sentimiento de esperanza, a través de una de las mejores y más sobresalientes metáforas: esa vela encendida; esa llama que no se extingue, por el mundo y por estos ciegos habitantes. Al final uno siente que tanta belleza no cabe en tan poco tiempo, y resulta imposible ser objetivo cuando las imágenes no se explican con palabras, y cuando todo desencadena en un maravilloso plano final. Una obra maestra. Inigualable. 

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RESEÑA ISIDRO: No estoy muy ducho en el cine de Tarkovsky, pero en lo poco suyo que he visto se observan algunas constantes, hasta me atrevería a decir que Nostalgia es una Solaris en la tierra. Me explico: en ambas tenemos a un protagonista taciturno que vive 'melancólico perdido' anclado en su pasado, lo que le impide llevar a cabo su cometido, y no sé si os habéis fijado pero en Nostalgia hay agua a chorros (nunca mejor dicho): pozas humeantes, ruinas inundadas, goteras a lo basto… vale que no es un océano superinteligente que crea simulacros de esposas muertas, pero en un momento sí que sale un perro bonachón de la nada… Eh, a lo que iba. Tarkovsky en Nostalgia utiliza otros recursos narrativos para transmitir sensaciones parecidas: no hay esposas fallecidas, pero sí un uso del flashback en blanco y negro algo críptico que magnetiza, así como esas escenas largas donde la cámara se mueve con parsimoniosa templanza que, a no ser que tengas un mal día, te meten de lleno en la piel de este nostálgico (si tienes el día malo te quedas sobado, vamos). De estar en la sección oficial competiría en casi todo. Una obra de una belleza exquisita.


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