martes, 20 de enero de 2015

CRÍTICA | ALMA SALVAJE (WILD), de Jean-Marc Vallée


Viajes místicos
ALMA SALVAJE (WILD), de Jean-Marc Vallée
2 nominaciones al Óscar: mejor actriz protagonista (Witherspoon) y mejor actriz secundaria (Dern)
Candidatura para Witherspoon al SAG, Globo de oro, Bafta y Critics Choice Award
EE. UU., 2014. Dirección: Jean-Marc Vallée Guión: Nick Hornby, a partir de la novela autobiográfica de Cheryl Strayed Fotografía: Yves Bélanger Música: VV. AA. Reparto: Reese Witherspoon, Laura Dern, Gaby Hoffmann, Michiel Huisman, Thomas Sadoski, Kevin Rankin, Charles Baker, Charles Baker, Brian Van Holt, W. Earl Brown, Nick Eversman, Orianna Herrman Género: Drama Duración: 115 min. Tráiler: Link Fecha de estreno en España: 30/01/2015
¿De qué va?: Con una mochila más alta y más pesada que ella, Cheryl, una joven de pasado turbio, se dispone a recorrer en solitario las largas millas del desierto de Mojave. Durante su aventura encontrará personas insospechadas, recordará pasajes de su vida pasada y se reencontrará consigo misma.


Ya totalmente afincado en el gran Hollywood, el canadiense Jean-Marc Vallée ha producido su película norteamericana más apegada al cine videoclipero y de sensibilidad femenina de sus inicios. Alma salvaje acoge parte del estilo fragmentado, hiperbólico y sensorial de títulos como Café de flore, siguiendo la estela de los flashbacks con colores saturados y música ambiental que ya veíamos en C.R.A.Z.Y. Alma salvaje, además, al tomar el paisaje del desierto de Mojave como marco personalísimo de la trama, hereda la esencia del cine de aventuras introspectivas, de historias de superación anímica y física que hermanan al hombre con la naturaleza, y por lo tanto con su esencia: Hacia rutas salvajes, el reciente y bastante recordado film de Sean Penn, es su exponente más inmediato. El problema de Alma salvaje es su escasa pericia a la hora de dar credibilidad y trascendencia al drama de la protagonista: por mucho que la película se empeñe en revelarnos poco a poco las supuestas heridas que han llevado al personaje a abandonar a todo y a todos durante semanas, el drama nunca se hace palpable, y cuando éste aflora se manifiesta con ripios de novela rosa y escenas poco trabajadas (basta remitirse al dibujo de la madre que da vida Laura Dern, un remanso de bondad y positividad la mar de inverosímil, para darse cuenta que les bases del film no se sostienen). Vallée se escudará alegando que Alma salvaje es una película contada desde la subjetividad que no quiere retratar unos hechos concretos sino filmar la evocación idealizada de unos recuerdos familiares, y seguramente habrá que claudicar y darle la razón: lástima que no me crea nada o casi nada del film, que no pueda participar de la supuesta salida a los infiernos de su heroína, que asista al espléndido desfile de paraísos naturales con total indiferencia. Tampoco ayuda el escaso relieve dramático de Witherspoon (por mucho que figure en la terna del Óscar) o el dilatado metraje de la cinta (dos horas, tratándose de un film conceptual, son demasiadas). Muchísimo menos intenta e infinitamente más cursi que Dallas Buyers Club. Uno de los grandes fiascos de la actual temporada de premios.


Para necesitados de sesiones de yoga cinematográfico.
Lo mejor: Es una de las pocas películas 'femeninas' de la temporada.
Lo peor: El guion hace aguas en demasiadas ocasiones.

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Reseña de CAFÉ DE FLORE, de Jean-Marc Vallée
Reseña de DALLAS BUYERS CLUB, de Jean-Marc Vallée


1 comentario:

fran camacho dijo...

Alma salvaje:
A ver, sin entender ni parecer entendido en cine, que no lo soy, entro a ver la única película que el horario me permitía asistir. En taquilla, pregunto por la sala, me dicen que la 10 (la más grande, digital y la de los grandes estrenos) y me animo a entrar.
Empieza la proyección, éramos tres gatos y un gato rezagado, que tampoco la terminó de ver, y me sorprendo de estar literalmente, los que he contado. Me empiezo a asustar, como me pasó en Guardianes de la galaxia, cuando la banda sonora está muy por encima del metraje, se agradece mucho ese comienzo de El cóndor pasa, y la protagonista, nos empieza a poner al corriente de sus pensamientos. Como es una bala perdida que ha entrado en una espiral de autodestrucción , infidelidades y drogas, decide darse un paseo a lo vasco, ahí, 1800 km. de tortura a lo largo de una ruta existente.
Constante forma de ilustrar sus pensamientos es haciendo los flashbacks, que nos explica cómo llega a esa situación, recordándome mucho a Slumdog millonaire, pero de forma mucho menos lucida.
Salvar las dos actrices, que por mucha imaginación que le ponga, no me creo que sean madre e hija, pero con muchas tablas y una filosofía por parte de la madre, que es admirable.
Transcurre pues a lo largo de un ruta de senderos, donde muestra la verdad, unos paisajes anodinos, y va desgranando los diversos acontecimientos de su vida.
Alguien que entienda me dirá que va sobre la profundidad y complejidad de donde llega el interior del ser humano, de la capacidad de reconocer los errores y de intentar cambiar tu vida, pero para mí, se hizo algo más que eterna, y como dice mi amigo Billy, le sobran minutos, pero muchos más de diez.
Por el trabajo de Reese y Laura, un 5 raspado, pero por muchos medios que tenga, para mi gusto, se queda en telefilm.