jueves, 6 de noviembre de 2014

CRÍTICA | TORRENTE 5: OPERACIÓN EUROVEGAS, de Santiago Segura


Gamberrada popular, pero con talento
TORRENTE 5: OPERACIÓN EUROVEGAS, de Santiago Segura
España, 2014. Dirección y guion: Santiago Segura Fotografía: Teo Delgado Música: Roque Baños Reparto: Santiago Segura, Julián López, Jesulín de Ubrique, Alec Baldwin, Florentino Fernández, Carlos Areces, Angy, Anna Simon, Fernando Esteso, Chus Lampreave, Neus Asensi, Cañita Brava, Josema Yuste Género: Comedia de acción Duración: 100 min. Tráiler: Link Estreno en España: 03/10/2014
¿De qué va?: Madrid, 2018. Torrente sale de la cárcel y se enfrenta a una España muy diferente: hemos vuelto a la peseta, Cataluña es independiente y crecen los índices de pobreza. Ante tal panorama, Torrente decide que no volverá a servir a la justicia y que se pasa 'al otro bando'. Es entonces cuando desarrolla un plan maestro: el robo del casino Eurovegas con la ayuda de un equipo de once incompetentes. John Marshall, un corrupto norteamericano, financia y supervisa el golpe. Pero con unos compinches tan desternillantes (una pizzera, una streaper, un butanero y su hermano retrasado, dos frikis de la informática, etc.) no hay duda que las cosas no saldrán como esperan.


Santiago Segura es un tipo inteligentísimo. Torrente, su personaje más popular, llega a su quinta entrega, y tras una tercera y cuarta entrega nada satisfactorias sorprende comprobar que el sentido del humor y la originalidad de Segura no parece haber tocado techo. Esta Operación Eurovegas demuestra por una parte el buen rendimiento de las señas habituales de la saga (se nos recuerda de nuevo lo guarro, amoral y machista que es el policía Torrente), pero también pone de manifiesto la capacidad de Segura para repartir el peso de la historia en un plantel de secundarios imposibles de resumir en una reseña (hay tantos personajes, tantas intervenciones y tantos chistes de calado y tono tan distinto que es imposible no reir o sonreir en repetidas ocasiones). Pero esta Torrente 5 es mucho más que una sucesión de gags y cameos: en ella se parodia todo o casi todo lo que puede parodiarse en la España del 2014 (toros, política, corrupción, el 'caso catalán'), al mismo tiempo que la trama retoma personajes míticos de la primera película (Lampreave y Asensi vuelven, con acierto, a la franquicia) y sigue con sorna y fidelidad los códigos de un subgénero reconocible (en este caso el cine de robos a gran escala, cual versión castiza de 'la cuadrilla de los once'). 


Vaya, que en la olla de Torrente 5: Operación Eurovegas hay tantos ingredientes que sería muy injusto considerar que el film, guste más o menos su tendencia a lo desagradable, es un artefacto de fácil creación para alegría de audiencias igual de fáciles. Puede que Torrente 5: Operación Eurovegas no siga las señas de un cine de autor, pero en verdad estamos ante la mejor radiografía de la España de nuestros tiempos, ante la exposición más clara de nuestros defectos. Segura no apela a la reflexión, pero sí a la risa sana. Tiene la mayor cuota de famosos por fotograma, pero cada uno tiene su razón de ser: Jesulín de Ubrique sorprende para bien, y los amiguetes de la casa reciben un trato diferente, del homenaje a Chiquito de la Calzada a la ridiculización cómplice de frikis televisivos como Víctor Sandoval y Rafa Mora. Y por encima de todo, la película tiene un ritmo y una capacidad de entretenimiento que ya querrían para sí gran parte de las producciones de nuestro cine. 


No estamos ante ninguna obra maestra, Torrente nunca será modelo de nada ni como personaje ni como saga (sí tal vez por su política de marketing), pero se agradece su puesta al día de la 'españolada' de antaño (al fin y al cabo, algunos tipos y prototipos sociales no han cambiado tanto). En el cartel de la cuarta parte se decía que estábamos ante 'la obra cumbre del cine chusco': ese 'súmmum' del cine casposo y grasiento pero con enjundia lo marca esta quinta parte, lo mejor que ha hecho Segura desde la comiquera segunda parte marbellí. Muy difícil lo tendrá Segura para superar, en calidad pero sobre todo en cantidad, lo conseguido aquí. Sea como sea, no hay duda que la actualidad de este cachondeo llamado España dará en un futuro para tropocientas entregas con Torrente al mando del desastre.


Para evadirse de la actualidad, pero hablando de la actualidad.
Lo mejor: Las carcajadas generalizadas que se producen con cada intervención
de Carlos Areces y Cañita Brava. Jesulín supera a Kiko Rivera.
Lo peor: Que por su naturaleza gamberra no se la tome en serio.

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