martes, 23 de septiembre de 2014

SAN SEBASTIÁN 2014 | DÍA 4 | Phoenix, Haemu, Negociador, Loreak (Flores)

Phoenix, de Christian Petzold. Aspirante a la Concha de oro.
El Festival de San Sebastián sigue su curso y los presentes ya empezamos a notar los efectos secundarios de la actividad festivalera. Es muy fácil perder la noción del tiempo: los días y las horas dejan de tener sentido porque el reloj lo marcan siempre los horarios de proyecciones. Los tiempos para descansar y comer se reducen: algunos optar por dormir y comer en la misma sala. Las películas se amontonan en la cabeza: algunas se diluyen fácilmente en el recuerdo, mientras que otras nos bombardean de forma recurrente. Las conversaciones cinéfilas amenizan las colas para entrar en los auditorios de la ciudad, y divierte comprobar que unos detestan tus films favoritos (y viceversa), o que algunas tertulias pueden ser más interesantes que los propios films (caso, por ejemplo, de la Mommy de Dolan). En definitiva, el certamen tiene tanta vida propia que a veces nos olvidamos que los films tienen y tendrán un recorrido mayor al que dicta Donosti. También hay que tener en cuenta que los gustos de la crítica obedecen a criterios muy aleatorios y casi siempre imprevisibles, si bien no sorprende a estas alturas que las revistas más conservadoras suspendan el riesgo de Ozon o Bier, pese a los aplausos del público. Los films merecen una atención especial, un análisis pormenorizado y una reflexión - digestión de sus historias, algo que con los ritmos donostiarras no podemos realizar. Por este motivo, en Cinoscar & Rarities preferimos contaros la actualidad mediante crónicas breves. Tras el Zinemaldia, reseñaremos como se merecen todas las películas. Y añadimos: lo que aquí se apunta admite muchos cambios, porque nuestras opiniones cambian a cada momento, tras cada charla con compañeros o tras cada visionado. El festival es una locura, pero una locura a la que uno se acostumbra con facilidad. Empezamos.

La alemana Phoenix ha inaugurado este lunes de cine en vena. La trama nos cuenta la historia de una cantante judía que logra escapar de un campo de concentración nazi gracias a la ayuda de una amiga. El ave fénix al que hace referencia el título es, por lo tanto, una metáfora del renacer vital de la protagonista, y a su vez una referencia a ese pasado que sigue persiguiéndola. Por desgracia, el film prefiere convertirse en una historia de amor totalmente inverosímil pese a la belleza de algunos de sus pasajes. Poco más puede contarse para no caer en terreno 'spoiler': tendrá muy difícil colarse en el palmarés.

Negociador, de Borja Cobeaga. Humor vasco en la sección Zabaltegui.
La coreana Haemu es una obra que divide irremediablemente a la platea. A nosotros no nos ha gustado nada, pero otros la han defendido con uñas y dientes en los corrillos posteriores. A priori, el film nos acerca el día a día de unos marineros que, para capear la crisis pesquera, deciden introducir en su destartalado barco inmigrantes ilegales chinos en suelo coreano. La primera hora de metraje equilibra descripción de personajes con una leve crítica social, pero la cinta se quiebra en su segundo tramo y se convierte en un recital de insultos, humor zafio, naufragios, asesinatos y giros al puro estilo gore. Con estas señas, cuesta entender por qué el film compite aquí y no en Sitges. Si resulta premiada, el jurado se marcará una sonora extravagancia. Tal vez algunos aspectos de la cinta se nos escapan, ya que remiten a realidades y conceptos propios de la sociedad surcoreana. Pese a todo, en el blog, de momento, la suspendemos.

Negociador de Borja Cobeaga logra el efecto contrario, ya que apela a la risa sana, al gag inteligente y al humor blanco a la vez que comprometido para hablar de un asunto tan espinoso como la organización terrorista ETA. El guionista de Ocho apellidos vascos, secundado por los actores del programa Vaya semanita, imagina con cachondeo quiénes protagonizaron y cómo pudo ser la reunión que el gobierno mantuvo con ciertos etarras en Francia para pactar una tregua. Cobeaga no es hiriente y sabe extrapolar su historia a otros contextos y realidades sociales: de ahí que resulten tan efectivos y reconocibles sus chistes sobre la jerga política o sobre algunos tópicos de la mentalidad vasca (eso sí: en las antípodas, tanto en tono como en contenido, de la taquillera comedia de Martínez-Lázaro). Las risas, incluso carcajadas, están garantizadas: os animamos a disfrutarla con amigos y en el cine. Es, con diferencia, la mejor cinta de su director.

Loreak (Flores). Más cine vasco, en este caso en Sección Oficial.
Y acabamos con una gran película: la vasca Loreak (Flores). Dicen que las flores nos acompañan a lo largo de nuestra vida: nos las regalan al nacer, las tenemos en forma de ramos en bodas y comuniones, e incluso están presentes en nuestro funeral. El film utiliza las flores como símbolo de amor, y posteriormente como expresión de un duelo que cada persona pasa de forma distinta. La película explica las relaciones de tres mujeres y su vinculación con las flores a lo largo de cinco años. Un relato que destila emoción, que rebosa sensibilidad y que ha entusiasmado a todos los que han podido verla en su primer pase. Película nada obvia, delicada y a su vez robusta. Muchos comentaban que tendrá poca suerte en su paso en cines, porque los films subtitulados tienen poco recorrido entre nosotros (Pa negre es la única excepción). Una pena, porque es lo mejor que ha parido el cine español (y / o vasco) este 2014 (a la espera de ver lo nuevo de Vermut y Lacuesta entre otros). Confieso que se me ha puesto la carne de gallina en varias ocasiones (sin exagerar). Un film en el que no sobra ni falta ningún detalle, al que no se le puede reprochar nada, que no se parece a ninguna otra película de producción antigua o reciente. Ojalá la Concha se quede en casa: Loreak (Flores) no solo necesita el premio, sino que además lo merece.
The Disappearance of Eleanor Rigby, de Ned Benson. Perla proyectada este lunes.
Dejamos para mañana nuestro comentario de La desaparición de Eleanor Rigby, otro film que contrapone distintas maneras de vivir un proceso de luto, en este caso tras la muerte de un hijo. A la reseña del film, de eminente estreno entre nosotros, sumaremos las opiniones de La voz en off y Aire libre, las apuestas latinoamericanas de la sección oficial. Seguimos en pie de guerra, un poco agotados, pero con sed de buen cine. ¡Saludos!

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