miércoles, 6 de agosto de 2014

CRÍTICA CSF: DONNIE DARKO, de Richard Kelly


DONNIE DARKO, de Richard Kelly
Largometraje nº 48. Cinoscar Summer Festival 2014: Sección fuera de concurso
Elección de Miguel Martín
EE. UU., 2001. Dirección y guion: Richard Kelly Duración: 110 min. Género: Thriller. Ciencia ficción. Terror Fotografía: Steven Poster Música: Michael Andrews y VV. AA. Reparto: Jake Gyllenhaal, Jena Malone, Maggie Gyllenhaal, Patrick Swayze, Drew Barrymore, Mary McDonnell, Holmes Osborne, Noah Wyle.
¿De qué va?: Donnie es un adolescente extraño, solitario, sonámbulo, con desórdenes psíquicos, muy inteligente y muy poco complaciente con la gente que le rodea. Una noche, parte de la maquinaria de un avión impacta por sorpresa en el tejado de la habitación de Donnie, pero el joven logra salvar la vida. A partir de este milagroso episodio, Donnie empieza a sufrir alucinaciones que le alertan sobre el fin del mundo. Mientras, la vida de Donnie discurre sin aparentes altibajos, con sus jornadas de instituto, sus visitas a la psicóloga y sus conversaciones con una chica recién llegada al barrio.


Reseña Xavier: Aunque en su momento no gozó de un estreno mediático, Donnie Darko se ha convertido con el paso de los años en un título referencial, una obra de culto inclasificable. Si bien la carrera de Richard Kelly no ha tenido la continuidad esperada, Donnie Darko es una película tan emblemática y potente que justifica y ensalza toda una trayectoria: de igual forma, el film relanzó la carrera de un jovencísimo Jake Gyllenhaal, brindó a Patrick Swayze uno de sus mejores papeles antes de su ocaso y dio a Drew Barrymore, productora ejecutiva del film, un interesante impás a su más o menos consolidada imagen de actriz de comedia romántica bobalicona. Una de las claves de la fascinación que produce Donnie Darko reside en su triple vertiente narrativa: por un lado, el film narra la frustración de un adolescente atrapado en un entorno social y familiar que ni le comprende ni logra comprender, pero siempre esquivando los lugares comunes del subgénero de 'jóvenes problemáticos'; por otro lado, la película es lo suficientemente inteligente como para enmarcar esa trama en un ácido retrato, análisis y deconstrucción del 'American Way of Life', con la sorna y la negrura del mejor Solondz, con toques del absurdo naif de Anderson, con la fascinación visual de autores tan personales y barrocos como Burton, e incluso con el onirismo del mismísimo Lynch, pero al mismo tiempo distanciándose de cualquier referente y consiguiendo aunar lo real con lo extraordinario, lo reconocible con lo alienado; y por último, Kelly recubre todas las capas de su singular criatura con una estética propia del cine fantástico, con reminiscencias al terror de los 80 (incluyendo un homenaje a Posesión infernal de Sam Raimi), con referencias a la mística y a la estética de las películas de Halloween (de nuevo, sin caer en clichés establecidos) y con un interesante discurso sobre los viajes en el tiempo, portales y agujeros 'espaciotemporales', aviones caídos y realidades-presentes que resultan ser ficciones-flashbacks (cuestiones, no lo olvidemos, anteriores a la serie Perdidos y siguientes: en este sentido, Donnie Darko es una obra que profetizó las directrices que terminarían por configurar el cine de género más importante de la última década). Y pese a todo lo dicho, Donnie Darko es una obra muy coherente con respecto al momento en el que fue concebida: de alguna manera, el film no podría entenderse sin el resurgir de la escena indie norteamericana de finales de los 90, sin los corales apocalipsis modernos que firmaron Thomas Anderson en Magnolia o Altman en Short Cuts, o sin títulos más o menos comerciales como Las vírgenes suicidas, American Psycho o American Beauty (y, por qué no, dos obras presentes en este festival: American History X y Las reglas del juego), todos ellos estampas del desencanto que se respiraba coincidiendo con el cambio de milenio. En resumen, Donnie Darko es una película compleja, cargada de significados ocultos y capaz de hipnotizarnos pese a la estudiada ambigüedad del relato. Pocas veces todas las partes (técnicas, actores, etc.) coinciden tan armónicamente, y en contadas ocasiones las casualidades (cinematográficas y extracinematográficas) se alinean en favor de una película. Donnie Darko es un universo aparte, una 'película mundo', y en el peor de los casos una piedra inevitable para sus detractores. No figura en ninguna lista de 'mejores obras' de lo que va de siglo, pero no hay duda que Donnie Darko, en fondo y forma, es una de las creaciones más arriesgadas, subyugantes y relevantes de lo que va de siglo.



Reseña Mayra: Entretenida película que mezcla drama psicológico, terror y fantasía de manera tan eficaz que logra enganchar al espectador desde el principio con la atmosfera onírica de misterio y surrealismo que recrea; una curiosa historia capaz de mantenernos atentos para ir atando cabos y así hallarle sentido a esta cinta compleja pero atrayente. Donnie Darko se centra en su personaje principal Donnie, interpretado por un Jake Gyllenhaal para entonces poco conocido pero que venía de dar una destacable interpretación en October Sky, y que en esta cinta solo mejoraría. Richard Kelly nos presenta un film interesante y bien elaborado, aunque tal vez se excede en su metraje, pero se debe reconocer que el guion tiene una buena estructura además de un inesperado final muy interesante. Un guion que impresiona más de lo que uno se espera, con buenas interpretaciones, ágil desarrollo y que en resumidas merece la pena el visionado. 



Palmarés: Mejor guion del Festival de Sitges, Premio del público del Festival de cine fantástico de Suecia y Silver Scream Award del Festival de cine fantástico de Amsterdam. 3 nominaciones a los Independent Spirit Awards y Chlotrudis Award al mejor actor (Gyllenhaal) y al mejor guion original (Kelly).

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