lunes, 31 de marzo de 2014

SEMANARIO 52: LOS POSTS DE LA SEMANA

¿Te perdiste algún escrito del blog? Con nuestro semanario puedes recuperar las distintas publicaciones de todas las semanas. En el margen derecho del blog, en la sección 'semanario', puedes (re)leer los distintos artículos ordenados.

 CONTENIDOS DEL BLOG


Semana del 24 al 30 de marzo de 2014

CINOSCAR SUMMER FESTIVAL: Homenaje a PETER GREENAWAY

Estreno: Reseña de UNA VIDA EN TRES DÍAS, de Jason Reitman
Estreno: Reseña de EL GRAN HOTEL BUDAPEST, de Wes Anderson
Cine nórdico: Reseña de BAJO EL SOL (UNDER SOLEN), de Colin Nutley
Cine español: Reseña de EL CALENTITO, de Chus Gutiérrez

domingo, 30 de marzo de 2014

CINOSCAR SUMMER FESTIVAL 2014 | ESPECIAL PETER GREENAWAY


En la primera edición del Cinoscar Summer Festival homenajeamos al fallecido cineasta griego Theo Angelopoulos con las reseñas de Paisaje en la niebla y El paso suspendido de la cigüeña, dos de sus obras más destacadas. Este año, el Cinoscar Summer Festival quiere confirmarse como una plataforma para dar o conocer y homenajear a distintos realizadores de suma importancia que por distintos avatares cinematográficos y extracinematográficos no han recibido las distinciones o la atención que se merecían. Con esta intención, el certamen de este verano rendirá tributo a la figura y sobre todo a la obra del director galés Peter Greenaway.
Greenaway, que dentro de pocos días cumplirá 72 años, ha conseguido imponerse tras cinco décadas de dedicación artística como uno de los 'enfant terrible' de la escena europea, y en este caso el concepto francés dista de ser gratuito, ya que Greenaway ha pasado de ser uno de los renovadores del cine a uno de los pocos cineastas que ha anunciado abiertamente (y de forma prematura) la muerte del séptimo arte. Así, entre contradicciones, polémicas y títulos de irregular valía, todos eclécticos y personales, discurre uno de los azotes más destacados a los que se ha enfrentado el espectador cinéfilo de finales y principios de siglo. 
Tras una formación pictórica, si bien en su currículum se incluyen pequeñas pasiones y aproximaciones a la fotografía, al montaje y a infinidad de artes plásticas, Greenaway vivió un momento de oro en los años 80 con obras que dieron mucho que hablar, aunque su huella se limitó al debate de determinado sector de la crítica. Greenaway se encontró con el público a finales de esa década con El cocinero, el ladrón, el amante y su mujer, su éxito más incontestable y seguramente su obra clave, la más tratada, la más visionada y a la postre la más recordada.


Los 90 confirmaron a Greenaway como uno de los directores que exploraron con mayor atino una estética y narrativa experimental: él descubrió y catapultó al intérprete Ewan McGregor en la película de culto The Pillow Book, si bien el actor irlandés ya había trabajado bajo las órdenes de Danny Boyle y en algunos proyectos para televisión. Con todo, Greenaway nunca dejó su impronta como nombre clave de la renovación que experimentó la esfera audiovisual: tras el ruido del Dogma 95, la narrativa de historias cruzadas y determinados juegos formales de la gran pantalla, Greenaway invirtió largos años en la trilogía de Las maletas de Tulse Luper, adorada y vilipendiada a partes iguales. Y la pista de Greenaway termina hace pocos meses, coincidiendo con la proyección en el pasado Festival de Sitges del documental colectivo 3X3D sobre la repercusión del 3D y la evolución del cine durante sus 120 años de vida.
En el Cinoscar Summer Festival 2014 trataremos las luces y las sombras del cine de Peter Greenaway. En el pasado, Greenaway pisó todos los certámenes habidos y por haber (Berlín, Venecia y Cannes a la cabeza, con una especial mención al citado Sitges, donde ha sido premiado en muchas ocasiones), pero su estantería de galardones dista de tener el peso de su larga trayectoria (este año ha recibido el Bafta de honor). Ahora, nuestro CSF se centrará en sus obras clave y en su temática más recurrente: los intríngulis, los caprichos y los designios presentes a la hora de crear arte, así como las obsesiones por el arte, la ciencia, el sexo y la muerte. A partir de junio, la familia bizarra de Greenaway formada por pintores, arquitectos, cocineros y miembros de la realeza llenará el muro del blog: os esperamos en este apasionante viaje a la compleja mente de un genio irrepetible.

Muy pronto daremos a conocer los títulos que conformarán la RETROSPECTIVA ESPECIAL a PETER GREENAWAY, desde ya segundo CINOSCAR AWARD DE HONOR concedido por el blog.
Y os recordamos que todavía estáis a tiempo de participar en el certamen con los largometrajes, cortometrajes y obras amateurs que queráis. De nuevo, os remitimos al post inaugural para conocer todos los detalles del festival. Esperamos vuestras aportaciones en los perfiles habituales del blog y en el correo electrónico xavi_23990@hotmail.com

sábado, 29 de marzo de 2014

Crítica de UNA VIDA EN TRES DÍAS (LABOR DAY), de Jason Reitman

Aunque a priori puede parecer que Una vida en tres días no tiene nada que ver con la filmografía anterior de Jason Reitman, el film establece numerosos puentes con la obra del que es uno de los narradores más interesantes del nuevo siglo. Lejos del tono cómico que lo caracteriza (o sea: de la sátira de Gracias por fumar, de la locuacidad adolescente de Juno, de la reinvención de las convenciones amorosas de Up in the air y de la negrura generacional de Young Adult), Reitman se adentra en el melodrama de resortes clásicos, un ejercicio arriesgado del que se extraen influencias de cineastas de cuño reciente como Todd Haynes, Todd Field o el mismísimo Clint Eastwood. La filiación de Reitman a la última comedia indie norteamericana puede despistar al espectador, pero en esencia su cine dista de ser cómico, al menos en sus bases estructurales. Una vida en tres días, en definitiva, amplía el muestrario de vidas al límite y de encrucijadas vitales marca de la casa: la alicaída mujer que da vida Kate Winslet, su hijo y el convicto fugitivo que reside con ellos durante unos días tienen, por ello, muchísimos nexos en común con el anterior charlatán encerrado en un bucle de propaganda contradictoria, la laureada adolescente que afronta su prematuro embarazo aparentemente con el mejor de los humores o el taquillero dandi viajero que despide al personal de distintas empresas. Reitman pone al mal tiempo buena cara, y en La vida en tres días la carcasa humorística se desprende, dejando a la superficie los deseos, las pulsiones y las goteras del relato. El cine de Reitman, en otras palabras, no ha cambiado sus señas, pero sí ha mutado formalmente, y es en ese apartado donde Una vida en tres días se convierte en una radiografía del desencanto de la Norteamérica de los 80, tiempo después de la década de los 50 que retrata Revolutionary Road y en el umbral del sentir yanki anterior al 11-S y coincidente con el cambio de milenio que retrata American Beauty.


Asumido el 'nuevo' rumbo que toma Jason Reitman, puede decirse que Una vida en tres días es un melodrama irregular que pese a sus flaquezas sale victoriosa por la sinceridad de los personajes, por la autenticidad de los actores que los encarnan y por el lirismo de un guion que en líneas generales sabe dibujar momentos de gran belleza. La película tiene la pericia de unir el drama de sus tres protagonistas, de forma que el film fluye lento pero con paso seguro: sorprende que el crecimiento-descubrimiento vital y sexual del hijo esté contado en paralelo al despertar de la madre y al revivir del hombre recién llegado (el personaje menor de edad, narrador de la historia, proyecta en esas vivencias un período curtidor cuyas consecuencias e influencias reverberan hasta el tiempo presente, mientras que los personajes adultos asisten a una nueva oportunidad inesperada para reconducir sus aciagos caminos tras dos desengaños amorosos). Con todo, los mecanismos para explicitar los dramas de los personajes resultan menos redondos: la voz en off es un recurso a ratos anticlimático, los personajes no terminan de contarse sus secretos (y cuando lo hacen, no siempre se resuelven de la forma más satisfactoria: Reitman habría ganado enteros con menos diálogos y símbolos más sutiles), y el recurso de cerrar la historia con un epílogo cuya trama se desarrolla treinta años después refuerza la sensación de que los bordes del film distan de estar todo lo pulidos que deberían.


Una vida en tres días, defectos aparte, está rica en matices que merecen un análisis más detenido, algo que honra a Reitman y que lo convierten en uno de los autores más avispados de su promoción. Solo citaremos un ejemplo: la escena en la que el niño compra una cuchilla de afeitar en la tienda ante la sorpresa del vendedor, acaso una simple anécdota, sirve para contar el anhelo infantil por un referente paternal (trauma que llega a la adolescencia: la cuchilla es una metáfora del paso del tiempo) y el doloroso ambiente femenino que preside la casa materna (la cuchilla como objeto que brilla por su ausencia en las estancias de la casa, transformadas en consonancia con la tristeza de la madre y su rechazo a cualquier referente del otro sexo), y a su vez conjuga el drama de interiores con el thriller al retratar la presión social que los habitantes de la villa ejercen sobre los personajes (hasta el punto que esas amenazas externas consiguen frustrar un final feliz que el espectador desea con vehemencia: la cuchilla, pues, es también un dibujo claro del filo que posteriormente cortará y separará sin remedio los destinos de los personajes). 


Una cinta, en resumen, con muchísimos frentes de interés pese a su dubitativa estructura formal. De ella, queda el poso de las grandes historias de amor, como hiciese veinte años atrás Los puentes de Madison. También la sensación de que el film merecía mejor fortuna en la pasada temporada de premios. Y una evidencia: quien escribe se emocionó enormemente en los últimos minutos de metraje, algo que no han conseguido otros estrenos más valorados por la crítica. No es una obra maestra, pero sí un notable drama al que este blog volverá en breve, libreta y lápiz en mano, con la caja de pañuelos cerca y los ánimos dispuestos a reivindicar un romance que, pese a durar tres días, abarca toda una vida.

Para reconciliarse con el amor y el cine romántico en mayúsculas.
Lo mejor: La escena del pastel de melocotones en la cocina.
Lo peor: La no siempre atinada conjunción de flashbacks y voz en off.

Posts relacionados:
Reseña de UP IN THE AIR, de Jason Reitman
Reseña de YOUNG ADULT, de Jason Reitman

Nota: 7

viernes, 28 de marzo de 2014

Crítica de EL GRAN HOTEL BUDAPEST, de Wes Anderson

Con Wes Anderson el espectador sabe que nada es lo que parece, que los personajes siempre actúan de forma excéntrica y que sus obras se definen por una puesta en escena estilizada, cercana a la ilustración infantil. El gran hotel Budapest hace honor a su rimbombante título y es todo lo que el curioso, seguidor o fan irredento de Anderson podía esperar: más chistes, más confusiones y más disparates en un ejercicio que bebe del cine de Hitchcock y de la literatura de Agatha Christie, todo en un interesante ambiente de entreguerras. El gran complejo hotelero se despliega cual caleidoscopio con puertas que siguen a otras puertas, un entramado interminable de pasadizos y un juego de perspectivas que entretiene a la audiencia: de las páginas de un libro sale su difunto escritor contándonos cómo años atrás, en un hotel situado en la montaña imposible de un utópico país de la Europa del Este, un anciano le relató la historia más increíble jamás contada sobre Gustave, el antiguo conserje del lugar, y Zero, su inseparable botones.


Una trama difícil de resumir, nada previsible y con un despliegue de medios, desvaríos y rostros conocidos absolutamente delicioso. Ahora bien: Anderson está tan en su salsa que su película, como las anteriores, parece la recreación de un juego personal con muñecos y 'clips' en el almacén de su casa, y quienes paguen la entrada pueden sentirse plenamente implicados con lo que se cuenta o totalmente desquiciados ante tantas chifladuras concatenadas. Afortunadamente El gran hotel Budapest no solo reúne el frenetismo y las peripecias de una tira cómica sino unos personajes muy bien elaborados, muy humanos y tremendamente contradictorios (detalle en el que personalmente fallaba la anterior creación andersoniana: Moonrise Kingdom). Tal vez Anderson carga demasiado las tintas de su cuento a mitad de metraje, aunque el desenlace es todo lo loco, locuaz y redondo que se podía esperar. El gran hotel Budapest, contra todo pronóstico, es una obra genuina que expande todavía más las fronteras imaginativas de Wes Anderson. No cuesta verla como un título de culto o una futura candidata a la estatuilla al mejor guion. Y el hotel del film, entre los más ilustres del séptimo arte, lista donde figuran los hospedajes de El resplandor, Psicosis o Lost in Translation.


Para los amantes de las películas con las 
muletillas clásicas de 'érase una vez' y 'colorín colorado'.
Lo mejor: Gustave, un personaje interesantísimo.
Lo peor: Sus tropocientos cameos y giros de trama pueden despistar al personal.

Posts relacionados:
Reseña de FANTÁSTICO SR. FOX, de Wes Anderson
Reseña de MOONRISE KINGDOM, de Wes Anderson

Nota: 7'5

jueves, 27 de marzo de 2014

Crítica de BAJO EL SOL (UNDER SOLEN), de Colin Nutley

Granjero busca esposa
BAJO EL SOL (UNDER SOLEN), de Colin Nutley (Suecia, 1998)
¿De qué va?: Suecia, años 50. Desde que muriese su madre, Olof se ha hecho cargo de la granja familiar con la ayuda de un joven charlatán que le debe dinero. Apunto de cumplir los 40 años y decidido a acabar con su vida rutinaria, pone un anuncio en el periódico local pidiendo una ama de llaves que se encargue de las tareas del hogar. De las tres respuestas que recibe, Olof escoge a Ellen, una mujer bellísima que esconde muchos secretos.
Palmarés: Nominación al Oscar a la mejor película de habla no inglesa 2000: la ganadora fue la española Todo sobre mi madre. Mención especial del jurado del Festival de San Sebastián 1999. 2 candidaturas a los Guldbagge suecos: mejor actor protagonista (Rolf Lassgård) y mejor actor de reparto (Johan Widerberg).
El dato: La película recibió un galardón especial por la calidad interpretativa de sus tres actores protagonistas en el Festival de San Sebastián. Rolf Lassgård fue posteriormente conocido por Después de la boda, cinta que también fue nominada a la mejor película de habla no inglesa, en este caso para Dinamarca. La actriz y cantante Helena Bergström, la parte femenina de la cinta, es la esposa del cineasta inglés Colin Nutley, nieta del actor Olof Widgren e hija del periodista Hans Bergström y la actriz Kerstin Widgren. Bergstöm fue junto a la comediante Gine Dirawi y la cantante Sarah Dawn Finer la encargada de presentar las seis galas del Melodifestivalen 2012, el principio show televisivo-musical de Suecia. Por su parte, Johan Widerberg, actor desde pequeño, fue el joven protagonista de La belleza de las cosas, última película del clásico Bo Widerberg que también estuvo postulada a los Oscar de Hollywood. Bajo el sol es la adaptación cinematográfica del libro homónimo del novelista británico H. E. Bates. El film se estrenó en su país el día de Navidad de 1998 con notable éxito.


Reseña: Bajo el sol es un melodrama amable que cuenta con buenos actores defendiendo personajes con los que el espectador empatiza y se divierte. Destaca por su aspecto frágil de cuento para todos los públicos con las directrices marcadas desde el principio: el granjero rústico y mojigato terminará enamorándose de la joven dama de ciudad recién instalada en la Suecia rural. Una película inteligente, con interesantes dosis de erotismo, un humor nada zafio y una cuidada recreación de época. El único escollo al que hace frente el film es su propia estructura: aunque no sucumbe al cliché, Nutley prefiere concluir su love story de forma un tanto precipitada, sin matizar muchos de los interrogantes relacionados con el personaje de Ellen. En resumen, un melodrama de factura y esquema clásico que encandiló a los académicos norteamericanos y a la prensa española tras su paso por Donosti. Eso sí: los suecos prefirieron dar su 'Goya' a Fucking Åmål, una obra infinitamente más arriesgada, moderna e interesante (ole por ellos).


Para los que ven películas para enamorarse.
Lo mejor: Su conseguido tono de fábula moderna.
Lo peor: Su resolución no convence.

Nota: 6

martes, 25 de marzo de 2014

Crítica de EL CALENTITO, de Chus Gutiérrez

El espíritu de la Transición
EL CALENTITO, de Chus Gutiérrez (España, 2005)
¿De qué va?: 1981. El Calentito es un antro madrileño donde tocan gran parte de los nuevos grupos de la Movida musical de la capital. Sara, una joven reservada, entra por primera vez en el pub, y una serie de casualidades y disfortunios la convierten en una de las solistas del trío femenino Las Siux. El mundo de Sara da un vuelco en cuestión de semanas al conocer un ambiente de libertad muy diferente al que se respira en su casa. El grupo está a punto de firmar por una importante discográfica, por lo que el concierto del 23 de febrero es muy importante. Justamente el día en que Madrid queda paralizada por el Golpe de Estado...
Palmarés: Premio del jurado y mejor banda sonora de Toulouse Cinespaña 2005. Nominación al Goya al mejor maquillaje y peluquería. Triple galardón en el Festival de cine de Monte Carlo, incluyendo mejor película. Premio al mejor intérprete novel del Festival de Málaga para Nuria González.



Reseña: El Calentito pone de manifiesto la necesidad de un cine histórico que aborde las cuestiones sociales y políticas desde otros puntos de vista, abriéndose a todo tipo de públicos. También demuestra lo difícil que es conjugar una historia de ficción con unos hechos reales conocidos por todos (en este caso, el 23-F), y lo complicado que también es no caer ni en la complacencia ni en el enfrentamiento. Al escribir estas líneas, el blog  no había tenido ocasión de ver Sublet, Sexo oral e Insomnio, las primeras películas de Chus Gutiérrez, pero todo indica que El Calentito es una continuación de las preocupaciones de su autora, como mínimo una demostración de su afición a las tramas cómicas, urbanas, femeninas y ligeramente irreverentes. Tal vez por fidelidad a esas señas, Gutiérrez crea una película que no termina de definirse en ninguna de sus vertientes: al fin y al cabo, del tiempo que quiere retratar, homenaje al pop ochentero español incluido, solo queda cierto sentido de la estética y algún cliché entre Almodóvar y la serie Cuéntame. Su indefinición la hizo pinchar en taquilla, pero también la convierte en una película por la que es muy fácil sentir aprecio. El Calentito tiene personajes entrañables, las escenas tienen cierto calor familiar y sus actrices ponen toda la carne en el asador. También salimos de la función pensando que el transexual al que da vida Nuria González merece una película para él solo, además de una ya imposible candidatura al Goya a la mejor actriz de reparto. O que ya tardan en darle a Macarena Gómez el premio a la gran payasa, en sentido positivo, de nuestro cine. Sin olvidar que Verónica Sánchez, cabeza de cartel en su momento por el éxito televisivo de Los Serrano, sigue siendo uno de los grandes valores del cine español. En resumen: El Calentito es demasiado esquemática a la hora de desvelar sus ideas, pero es tremendamente divertida a la hora de diseñar una estética retro que no veíamos desde la también estimable Torremolinos 73. Una grata sorpresa a reivindicar.


Para los que busquen un Cuéntame punkero
Lo mejor: La frescura de sus actrices y los momentos musicales.
Lo peor: La caricatura de los personajes 'fachas'.

Nota: 6

lunes, 24 de marzo de 2014

SEMANARIO 51: LOS POSTS DE LA SEMANA

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 CONTENIDOS DEL BLOG



Semana del 17 al 23 de marzo de 2014

Estreno: Reseña de OCHO APELLIDOS VASCOS, de Emilio Martínez-Lázaro
Cine español: Reseña de DEL LADO DEL VERANO, de Antonia San Juan
Clásicos modernos: Reseña de LAS CENIZAS DE ÁNGELA, de Alan Parker
Serie: Reseña de LOOKING (HBO, 1ª temporada)

CINOSCAR SUMMER FESTIVAL: VÍDEO PROMOCIONAL

domingo, 23 de marzo de 2014

SERIES 35: LOOKING

El cine queer vivió en 2013 una particular explosión de talento. La vida de Adèle triunfó en Cannes, El desconocido del lago hizo lo propio en el Festival de cine europeo de Sevilla, y el estreno en los cines españoles de films de temática homosexual como Romeos, Keep the Lights On y Weekend tuvo mucha repercusión tanto en los circuitos de la crítica cinematográfica como en determinadas esferas de público, casi todas concentradas en las grandes capitales y en los portales de visionado online. Nada que ver con la anecdótica presencia del cine queer en las carteleras de los 90 o con la reducción de la realidad homosexual en el cine de no hace tantos años a contados personajes secundarios o subtramas de poco peso. Quince años atrás, con títulos como Get Real o Beautiful Thing en plena efervescencia noventera, 'queer cinema' era una etiqueta identificable, un compartimento estanco que discurría con mayor o menor suerte entre obras de perfil generalista; ahora, 'queer cinema' es un término que encierra un universo, un cajón de sastre en el que tienen cabida autores capitales (de veteranos como Almodóvar o Haynes a Honoré u Ozon, pasando por los nuevos talentos de Dolan o Haigh) y miradas amateurs que reivindican el ser y sentir gay en cortos y largometrajes de distinta entidad, todos ellos beneficiados por la babelia de ventanas de internet.


Con todo, el cine queer, defendido en festivales especializados y webs específicas, viene arrastrando dos grandes lastres que han impedido, por un lado, su explotación por las vías de distribución habituales, y por otro el reconocimiento de determinados autores y temáticas tanto para el público de a pie como para la crítica. En primer lugar, el queer cinema ha ido unido históricamente a una necesidad de reivindicación, de visibilización y de normatización de la esfera queer: de ahí que ciertas obras de los 90 sean, a ojos del espectador del S. XXI, productos demasiado pueriles, ya que el nuevo contexto tanto cinematográfico como social ha caducado determinadas consignas y rutinas (seguramente los adolescentes homosexuales concuerdarán que las citadas Get Real o Beautiful Thing distan de ser ejemplos modernos de la temida y tan citada 'salida del armario'). Y en segundo lugar, la adopción, identificación o reutilización de determinados clichés femeninos en un contexto gay ha hecho que ciertos títulos resulten irreales, y por lo tanto poco apegados a los gustos y a la tradición audiovisual de ciertas generaciones (basta pensar en la influencia de Sexo en Nueva York y el trasvase de muchas constantes de la famosa serie a la versión norteamericana de Queer As Folk, si bien ese título permitió la realización de otros posteriores como The L Word).


Poniendo sobre la mesa todos estos antecedentes y las nuevas tendencias del cine queer, la curiosidad por saber qué nos depararía Looking, serie de la HBO, era máxima. El hecho de que la serie viniese apoyada por el canal privado más arriesgado e interesante de la televisión estadounidense prometía muchísimo. También interesaba la presencia de Andrew Haigh en los títulos de crédito (productor ejecutivo, y director y guionista de casi todos los capítulos), seguramente uno de los nombres más importantes del indie yanki. Y, por qué no, resultaba atractivo que los principales componentes de su reparto fuesen actores abiertamente gays, y por lo tanto supuestamente preocupados por contar una historia actual y real: destaca Jonathan Groff, cantante y actor visto en algunos episodios de Glee, el australiano Murray Bartlett y el inglés Russell Tovey. ¿Una nueva versión de las comedias rosa por entregas? ¿O verdaderamente una nueva mirada, una serie verdaderamente importante y renovadora? 


Looking arranca presentándonos a sus personajes desde una perspectiva que no admite errores: tres amigos se citan en una despedida de soltero y empiezan a hablar de ligues e intimidades (antes de conocer los nombres, las pulsiones y las complejidades de los protagonistas, sabemos, indefectiblemente, su condición sexual, y que esa distinción marca sus tónicas de relación e interacción). Patrick, un diseñador de videojuegos de 29 años, está desesperado por encontrar novio, y eso lo lleva a citarse con un desconocido y a enrollarse con un chico que ha conocido en el metro. San Francisco, el marco de la trama, aparece como un escenario cien por cien homosexual, y apenas la hermana de Dom, cercano a la cuarentena y el mayor del grupo, aporta una visión femenina a la historia, aunque ésta sea en todo momento condescendiente con el círculo gay imperante (imposible, vaya, no recordarse de la Avenida Liberty y del arquetipado personaje de Debbie, la madre de Queer As Folk). Además, los personajes resultan en los primeros episodios seres un tanto artificiales, un presupuesto de nueva élite homosexual y urbana con gustos sivaritas: los protagonistas escuchan electrónica de autor y canciones de activistas como John Grant y Arthur Russell, sus profesiones son de perfil artístico, quedan en parques y saunas, aceptan la Norteamérica multicultural y viven su homosexualidad sin tapujos (interesa la presencia de personajes latinos), son vegetarianos y miman su aspecto físico (aunque paradójicamente no los vemos en gimnasios y apenas van a discotecas), etc.


Afortunadamente, el cuestionable inicio de la serie da paso a capítulos finales muchísimo mejor planificados. A medida que avanza la serie, los personajes acaban encontrando sus particularidades, y a la vez consiguen un espacio dentro del mosaico de vidas paralelas que dibuja la serie. Patrick, de alguna manera el pivote central de la ficción, gana en matices, nada que ver con el joven que practica cruising a escondidas en el minuto uno de la serie. El guion tiene la pericia de hilvanar las constantes vitales de los personajes, de forma que el devenir de Patrick, Dom y Agustín se describe en un estimulante paralelismo que tiene su crescendo dramático en los últimos episodios y que deja a los tres personajes al término de la temporada en una situación (laboral, emocional e incluso sexual) muy parecida (no la más favorable, pero seguramente, esta vez sí, la más plausible). Y además, la serie humaniza a los personajes a medida que las partes menos amables de cada relación-personaje salen a la superficie: la condición homosexual, en un inicio tomada como rasgo distintivo, desaparece para explicarnos la dureza de una ruptura de pareja, la incertidumbre de un nuevo proyecto laboral y la deriva de un joven que no consigue la estabilidad sentimental que desea, cuestiones transversales a la generación que retrata la serie y que la dotan de una entidad social más sólida de la intuída en un inicio.


En este sentido, es muy recurrente definir Looking no tanto como una serie sino como una tragicomedia 'de situación': al escaso reparto y a la ausencia de subtramas se une la estructura de ocho episodios de poco más de veinte minutos cada uno. El capítulo 5 Looking for the Future, sin duda el mejor del conjunto, es una prueba de ello, ya que se sustenta únicamente sobre las conversaciones de Ritchie y Patrick, que decide tomarse el día libre y huir del San Francisco que transita todos los días al lado de su nueva conquista. En ese capítulo, la impronta de Andrew Haigh y la influencia de las mejores 'dramedias' románticas, de Woody Allen a la trilogía dialogada de Richard Linklater, se hace evidente. La posición estratégica de ese episodio en el conjunto de la serie, entre la introducción y la recta final, dista de ser casual: a la vez que suspense en el tiempo los avatares de los personajes, introduce a la audiencia a la tendencia dramática e intimista que impera en el último tramo de la ficción (el idealismo y el colegueo que se respira al principio acaba desconchándose, justamente la trayectoria que dibuja el personaje de Agustín: abandona el piso de Patrick en el segundo capítulo con la intención de afianzar su proyecto de vida con Frank, y vuelve al apartamento en la octava entrega totalmente drogado, incapaz de hacer frente a los errores cometidos).


En definitiva, contra todo pronóstico, sí puede considerarse Looking como una interesante vuelta de tuerca a la exposición de determinados 'gay ways of life', aunque la serie necesita de ciertas casualidades para tomar gas y arrancar: que el nuevo jefe de Patrick sea homosexual, que Dom encuentre a su mentor en una sauna de ambiente o que Agustín acceda a una nueva vida y casa pese a no contar con demasiados ingresos son licencias de guion que la serie supera con el paso de los capítulos (puede que colateralmente los fieles de la aparente frivolidad del inicio se sientan decepcionados con la segunda tanda de episodios, o que los que esperaban desde el primer momento una propuesta revolucionaria abandonen la serie justamente en el momento que Looking se transforma y convence). Una de las mejores aportaciones, en conclusión, de la reciente ficción para la pequeña pantalla, plenamente coherente con el universo dibujado por Andrew Haigh y en consonancia con el rumbo serio, humano y original que trazan las películas de Abdellatif Kechiche, Ira Sachs y Alain Guiraudie. Esperamos con ganas la segunda temporada, que verá la luz el primer trimestre de 2015: para entonces nos reencontraremos con Patrick, Dom y Agustín, seguramente no en el punto donde termina esta primer entrega, pero sí todavía en constante búsqueda, como todos nosotros, de la felicidad en tiempos modernos.

sábado, 22 de marzo de 2014

Crítica de LAS CENIZAS DE ÁNGELA (ANGELA'S ASHES), de Alan Parker

Estudio de la miseria
LAS CENIZAS DE ÁNGELA (ANGELA'S ASHES), de Alan Parker (EE. UU., 1999)
¿De qué va?: Tras la muerte de Ángela, la pequeña de la familia McCourt, Frank abandona Nueva York y vuelve a la Irlanda natal de sus padres. La infancia del pequeño no puede ser más dura: una educación represora, la racionalización de alimentos y objetos de primera necesidad orquestrada por las autoridades, el alcoholismo de su padre y las duras condiciones laborales hacen que la pequeña casa de los McCourt sea un pequeño infierno. Los años pasan y Frank no puede quitarse una obsesión de la cabeza: realizar el viaje inverso al que realizó tiempo atrás y probar suerte en la Gran Manzana.
Palmarés: Nominación al Oscar y al Globo de oro a la mejor banda sonora original para John Williams. 3 candidaturas a los Bafta: diseño de producción, fotografía y actriz protagonista (Emily Watson). Premio del público del Festival de Karlovy Vary. Galardón a la mejor actriz del año para Emily Watson por parte del Círculo de Críticos de Londres por sus trabajos en Las cenizas de Ángela y Hilary y Jackie.
El dato: La película adapta el best seller biográfico y homónimo de Frank McCourt, y la película respeta la cronología y los nombres de los personajes reales. La novela recibió el Premio Pulitzer, el Premio Boeke y el National Book Critics Circle Award, y a día de hoy es una de las lecturas obligatorias de los programas literarios de muchas escuelas. Al igual que el niño de la ficción, el autor sufrió tifus y conjuntivitis aguda en su infancia. El libro cuenta con una secuela: 'Tis. Frank McCourt murió el año 2009 dejando una larga carrera como profesor en Norteamérica y cuatro libros publicados. El film se estrenó en España el 21 de enero del año 2000 coincidiendo con el mayor momento de fama de sus actores protagonistas: Robert Carlyle, muy solicitado tras el éxito de Full Monty, y Emily Watson, popular por sus sufridores personajes (Rompiendo las olas, The Boxer y Hilary y Jackie).


Reseña: Las cenizas de Ángela es una de las películas más tristes que el blog haya visto jamás. Crónica de la Irlanda empobrecida de la Gran Depresión, la cinta consigue llevar al espectador los temores, las frustraciones e incluso los olores de una clase obrera obligada a sobrevivir en espacios infrahumanos y en condiciones de alarmante insalubridad. Parker también ofrece un relato y un retrato moral: sus personajes son míseros pero también miserables, humanos ligados a sus flaquezas y condicionados por la dureza del tiempo que les ha tocado vivir. Todo ello dota a Las cenizas de Ángela de una consistencia poco frecuente, de una verdad incuestionable; y su ambiente asfixiante queda compensado por la visión esperanzadora de Frank, su joven protagonista, al que vemos crecer en pantalla. Allá donde otros se quedarían en el umbral del cine social e histórico, Parker describe con precisión los mecanismos de la pobreza material y moral a partir de la estructura clásica del biopic. Parker, cineasta ecléctico e interesante, logra aquí una de sus mejores obras, fría y misericorde según lo requiere el texto, muy compacta tanto en interpretaciones como en aspectos técnicos. Un ejemplo de melodrama sólido que no solo emociona sino que sirve para observar con perspectiva los problemas endémicos del ser humano. Ya lo dice Ángela, la ambigua madre de esta inolvidable familia cinematográfica: 'es una cuestión de clases', y es aquí donde Las cenizas de Ángela se convierte en uno de los homenajes y de las críticas a la clase trabajadora más sugestivas de los últimos años. Una hija aventajada de los postulados naturalistas y del clásico drama norteamericano.


Para entender un poco más las relaciones entre opresores y oprimidos.
Lo mejor: La sutileza de sus mensajes, pese a que ello no resta un ápice de dureza a la película.
Lo peor: Al ser un relato dilatado en sus tiempos, a veces da la sensación de estar ante una miniserie.

Nota: 7'5

viernes, 21 de marzo de 2014

VÍDEO | AVANCE CINOSCAR SUMMER FESTIVAL 2014

Estamos recibiendo las primeras obras que formarán parte de la Segunda Edición del Cinoscar Summer Festival. Tenéis HASTA EL 20 DE ABRIL para mandar vuestras propuestas en largometraje, cortometraje, obras amateurs y obras fuera de concurso: os recordamos el post introductorio donde tenéis toda la información.


¿Qué obras formarán el CSF2? Muy pronto lo desvelaremos.
Podéis poneros en contacto con nosotros en los perfiles habituales del blog 
y en el correo electrónico xavi_23990@hotmail.com

jueves, 20 de marzo de 2014

Crítica de DEL LADO DEL VERANO, de Antonia San Juan

La intérprete Antonia San Juan fue uno de los rostros más importantes de una poco tratada pero evidente Movida Madrileña de los 90: a ella quedan ligados los nombres de autores como Ramón Salazar, el dúo Félix Sabroso y Dúnia Ayaso, Miguel Albadalejo o Daniel Calparsoro. Con todo, fue el representante más ilustre de la Movida anterior, Pedro Almodóvar, el que diese a San Juan su papel definitivo: la mítica Agrado de la no menos recordada Todo sobre mi madre. Durante los últimos años San Juan, como actriz y en calidad de directora y guionista, ha defendido distintos proyectos y ha sabido reunirse con un conjunto de artistas de confianza que le han permitido recrear el humor entre grave y petardo de sus intervenciones cinematográficas más memorables. En este sentido, la filiación de San Juan a la serie televisiva La que se avecina ha sido sumamente importante en distintos aspectos: junto a Luis Miguel Seguí, compañero de plató y su pareja sentimental, ha creado uno de los binomios artísticos más fructíferos de los últimos años; y su amistad con distintos actores, la mayoría venidos de la pequeña pantalla, como Eduardo Casanova, Secun de la Rosa o Macarena Gómez, le ha permitido recrear, tanto en su ópera prima Tú eliges como en sus tres cortometrajes (destaca V.O., candidato al Goya en 2002), el estilo desenfadado, queer y vodevilesco de un cine español poco habitual en nuestros días (en auge, con todo, a mitad de los 90). De todo ese sustrato de influencias y conexiones nace Del lado del verano, consecución lógica de las intenciones artísticas de San Juan. Pieza coherente, y a su vez muy diferente: ahora sí, con su nueva película Antonia San Juan reivindica un espacio propio en el cine español. De ahí que Del lado del verano, pese a su aparente condición de comedia costumbrista y de embrollos, deba ser tomada en serio, más si cabe que los anteriores trabajos de su artífice.


Del lado del verano arranca con situaciones de distinto calado tragicómico: una vecina amenaza a todo su bloque con tirarse por la ventana, dos mujeres rezan en tono desenfadado ante una virgen y distintas mujeres juegan al bingo entre copitas y griterío. Posteriormente, San Juan introduce el elemento trágico (la familia, ahora obligada a reencontrarse, guarda muchas rencillas) y concibe las escenas como monólogos o diálogos llenos de pullas en las que los personajes verbalizan todo lo que les pasa por la cabeza, dotando al film de un aire tan excesivo como divertido, casi siempre grotesco, mezclando el cine social con el humor de brocha gorda de los productos estrella de la televisión española (nada que ver con el desarrollo de, por ejemplo, Tres dies amb la família, que parte de una premisa parecida). La comedia y el drama planean durante toda la hora y media de metraje, y aunque San Juan no sabe equilibrar esas dos partes (aun teniendo un estilo almodovariano, dista de ser Almodóvar), aunque en muchos momentos el film parece una chifladura sin contenido y aunque la condición coral del relato hace que todas las tramas y personajes se diluyan en un tótum revolútum un tanto pintoresco, Del lado del verano termina convenciendo por la humanidad de la historia (San Juan quiere y comprende a sus personajes, y parte de ello se contagia en el espectador, llegando incluso a perdonar un estilo cinematográfico pobre y algunas escenas no muy bien resueltas). Con todo, no acaba de convencer el hecho de que Del lado del verano, por contexto, sea una pequeña parte del último cine underground español cuando su verdadera vocación es la de relato popular, de patios y plazas (o lo que es lo mismo, de telefilm en prime time). San Juan, en definitiva, se sitúa en el abismo de la incomprensión, pero Del lado del verano, sin ser una obra memorable, tiene pequeños destellos de la energía que necesita un cine a veces tan correcto como el nuestro. Su paso por los cines fue anecdótico: ojalá tenga más suerte en su reciente salida al mercado del dvd.


Para los que buscan películas en las que hay de todo y cabe todo,
 como un cocido o una paella ibérica.
Lo mejor: Descubrimos a una Macarena Gómez y un Eduardo Casanova más que convincentes.
Lo peor: Su falta de sutilidad.

Nota: 6

martes, 18 de marzo de 2014

Crítica de OCHO APELLIDOS VASCOS, de Emilio Martínez-Lázaro


El éxito de Ocho apellidos vascos puede obedecer a distintas razones. La principal: cuando una película cuenta con buena promoción, el público responde. Y otra no tan evidente pero igualmente importante: en la España del 'y tu más', de los debates incendiarios que llenan largas horas de televisión y de la crisis que no se acaba, el hecho de lavar la ropa sucia en casa, con humor, sin herir a nadie y convocando a un público de perfil muy variado tiene mucho mérito (y a juzgar por las cifras de taquilla, también su recompensa). Oportuna por contexto, y ligeramente mejor escrita que la media del producto cómico nacional, Ocho apellidos vascos vuelve a poner a Martínez-Lázaro como uno de los reyes de la comedia local. Contar con actores de tirón mediático, un intérprete debutante que pasa el examen con muy buena nota (Dani Rovira puede y debe soñar con la nominación al Goya) y un dúo de guionistas sin pelos en la lengua (¿Borja Cobeaga, vasco de puro cepa, haciendo humor sobre ETA? Ahora es posible) ha ayudado de forma decisiva a dar carpetazo a la comedia madrileña de antaño e inaugurar una nueva comedia española que aspira a ser internacional sin renunciar a ciertos localismos: Ocho apellidos vascos tal vez no compite con los clásicos del género, pero sí es plenamente coherente con bombazos vecinos como Bienvenidos al norte y sucedáneos. Todo buenas noticias. O casi todo.


Ocho apellidos vascos, pese a su exitosa fórmula, sigue estando muy lejos de ser la comedia definitiva que siente las bases de una nueva forma de hacer y de entender la nueva comedia española (me pregunto qué habría pasado si Cobeaga hubiese sido el director de la propuesta y no solo uno de sus guionistas). Con respecto a Sánchez Arévalo o Ruiz Caldera, por citar dos autores que han estrenado recientemente con éxito comedias de caligrafías distintas a las habituales (respectivamente, La gran familia española y Tres bodas de más), la mirada de Martínez-Lázaro sigue siendo muy tradicional (más allá de cierta incorrección verbal, no hay una estructura narrativa que permita hablar de una sátira trepidante). Es más: algunos planos dejan al descubierto las carencias de medios y la síntesis vodevilesca del conjunto, no se sabe si por voluntad del director o por necesidades económicas (apuesto por una combinación de ambas). Sea como sea, Ocho apellidos vascos alarga demasiado su idea de partida (tensión entre comunidades, diferencias culturales, personajes de caracteres distintos, confusiones que llevan a la culminación de otros tantos embrollos y engaños, etc.), aunque sirva para rebajar la tensión imperante y limar ciertas asperezas. Ocho apellidos vascos, como demuestra su final, aboga por la comunicación y la comprensión, el público parece que ha entendido el mensaje y la jugada comercial admite pocas dudas. Lástima que el juego de tópicos no sirva ni para una 'reeducación' ni para una 'subversión' de los mismos: el film no defiende el cliché, pero se beneficia de él y, en consecuencia, aunque sea indirectamente, lo promueve.


Para cantar aquello de 'andaluces y vascos, primos hermanos'.
Lo mejor: Tiene momentos muy divertidos, sea cual sea el sentido del humor, la tendencia política o el compromiso social de la platea.
Lo peor: Todo el film funciona como una ampliación del tono y la forma de sus primeros minutos.

Nota: 5'5

lunes, 17 de marzo de 2014

SEMANARIO 50: LOS POSTS DE LA SEMANA

¿Te perdiste algún escrito del blog? Con nuestro semanario puedes recuperar las distintas publicaciones de todas las semanas. En el margen derecho del blog, en la sección 'semanario', puedes (re)leer los distintos artículos ordenados.

 CONTENIDOS DEL BLOG


CINOSCAR SUMMER FESTIVAL 2014: PRESENTACIÓN

Oscars 2014: Reseña de LA GRAN ESTAFA AMERICANA, de David O. Russell
Oscars 2014: Reseña de HER, de Spike Jonze
Césars 2014: Reseña de 9 MOIS FERME, de Albert Dupontel
Clásicos modernos: RECURSOS HUMANOS, de Laurent Cantet

sábado, 15 de marzo de 2014

CINOSCAR SUMMER FESTIVAL 2014: PRESENTACIÓN

¿Eres cinéfilo y sigues el blog? Sigue leyendo.

¿QUÉ ES EL CINOSCAR SUMMER FESTIVAL?

El verano pasado, Cinoscar & Rarities celebró la primera edición del Cinoscar Summer Festival, un festival de cine por y para cinéfilos. En esa ocasión, contamos con 40 trabajos y 30 concursantes: podéis recuperar todos los artículos del festival en el siguiente link. Ahora empezamos la segunda edición, con cambios, nuevas secciones, mecánica diferente y la intención del primer día: hablar, compartir y disfrutar del mejor cine.

El Cinoscar Summer Festival, como indica su nombre, consiste en reproducir la mecánica de un verdadero festival de cine en internet. A partir del 1 de junio, en el blog aparecerán reseñadas todas las películas a concurso, y después de publicar todas las críticas la administración de la web realizará unas nominaciones y procederá a un periodo de votaciones y palmarés similar a las verdaderas entregas cinematográficas.
El Cinoscar Summer Festival pretende imitar a todos los niveles un festival real. Por lo tanto, se busca que el festival tenga películas a competición, susceptibles de lograr un puesto en el palmarés final, y a su vez una sección paralela de cortometrajes, otra con trabajos amateurs y otra de películas fuera de competición, que podrían inaugurar y clausurar el festival.
Pese a esto, la 2ª edición del Cinoscar Summer Festival nace sin un plan previo: todo dependerá de la lista de largometrajes y cortometrajes con los que contemos. De momento, el festival verá la luz con un mínimo de 10 películas. Ahora viene lo más importante: tú decides la selección oficial de la segunda edición del Cinoscar Summer Festival.

¿QUIERES PARTICIPAR?

Todos los que queráis formar parte del Cinoscar Summer Festival podéis enviar un mail a xavi_23990@hotmail.com o poneros en contacto con el blog vía Facebook, Twitter (@Xavicinoscar) o Filmaffinity (nick 'Xavicinoscar'). Cada concursante puede elegir una película y/o un cortometraje para participar en el festival. Puede participar cualquier persona, tenga o no blog, sea o no un lector habitual del blog. ¿Qué obras podéis seleccionar? ¿En qué secciones?

1. LARGOMETRAJES A COMPETICIÓN
- Pueden participar todas las cintas, clásicas o contemporáneas, de cualquier nacionalidad y duración, que no hayan sido reseñadas ni hayan aparecido en ningún post del blog: para consultar qué películas han aparecido en la web, podéis revisar la barra 'Todas las críticas' o recurrir al buscador que tenéis al margen derecho de la página.
- Desde la administración del Cinoscar Summer Festival intentaremos elegir: 1. Obras que estén disponibles en dvd u online para facilitar que todo el mundo pueda visionarlas. Y 2. Obras que no hayamos visto anteriormente.

2. CORTOMETRAJES A COMPETICIÓN
- Pueden participar todos los cortometrajes, clásicos o contemporáneos, de cualquier nacionalidad y de una duración inferior a los 30 minutos aproximadamente.
- Los cortometrajes seleccionados deben estar disponibles en la red, en streaming u otro sistema de visionado (Youtube, Dailymotion, etc.), en VE o VO con subtítulos en inglés o español.

3. CORTOMETRAJES AMATEURS
- Pueden participar todos los cortometrajes realizados por un autor novel o amateur que no haya tenido distribución en otros festivales y que estén disponibles en la red, en streaming u otro sistema de visionado (Youtube, Dailymotion, etc.), en VE o VO con subtítulos en inglés o español.

4. LARGOS O CORTOS FUERA DE CONCURSO
- Pueden participar cualquier tipo de trabajos, ya sean cortometrajes o largometrajes. Los participantes de esta categoría no concurren a los premios del festival. En función del número de trabajos que se presenten, desde el blog distribuiremos todas las propuestas de la forma más equitativa posible, con un mínimo de dos trabajos: uno para inaugurar el festival y otro a modo de obra de clausura.

¿CÓMO PARTICIPAR?

Si quieres participar, puedes mandar un mail o mensaje en redes sociales con:
- Una LISTA DE 3 PELÍCULAS para concursar, en orden de preferencia (la película con el número '1' sería vuestra primera opción, la película con el número '3' sería vuestra última opción). El blog intentará seleccionar en todos los casos las películas elegidas en primera opción.
- Una LISTA DE 3 CORTOMETRAJES para concursar, en orden de preferencia (el corto con el número '1' sería vuestra primera opción, el corto con el número '3' sería vuestra última opción). El blog intentará seleccionar en todos los casos los cortos elegidos en primera opción.
- Para los trabajos amateurs o fuera de concurso, no se pide ninguna lista previa: basta con especificar el trabajo que presentáis en cada apartado.
- En el caso de que dos concursantes elijan como primera opción la misma obra, tendrá preferencia la persona que presente antes su candidatura.

Podéis enviar vuestras propuestas del 15 DE MARZO al 20 DE ABRIL. Vosotros elegís participar en selección oficial o fuera de concurso, en todas las categorías (film + corto + amateur + fuera de concurso) o en las que queráis. Durante ese periodo de tiempo, el blog se pondrá en contacto con cada uno de los participantes para confirmar cada obra. A FINALES DE ABRIL, si contamos con un número mínimo de propuestas, presentaremos la SELECCIÓN OFICIAL y NO OFICIAL, y el Festival empezará el 1 DE JUNIO.

¿QUÉ IMPLICA PARTICIPAR?

- El Cinoscar Summer Festival quiere ser un encuentro entre cinéfilos, curiosos y amantes del cine. Para potenciar ese diálogo, el festival, además de su desarrollo en el blog, cuenta con un GRUPO OFICIAL EN FACEBOOK, donde aparecerán todas las noticias y publicaciones del festival. Por ello, se recomienda que los participantes cuenten con un perfil en esa red social para poder seguir la actualidad del festival.
- Podéis participar independientemente de que sigáis o no los distintos posts: en el blog sabemos que al abarcar semanas estivales muchos estaréis desconectados de la blogosfera. Con todo, cada concursante puede acordar con el blog la fecha de publicación que más le interese o convenga.
- Todos los concursantes, por el hecho de serlo, tendrán derecho a voto en el palmarés: este año, los participantes del Cinoscar Summer Festival serán los que elegirán el cuadro de ganadores. Por ello, desde el festival os facilitaremos diferentes vías para poder visionar los títulos, cortos y trabajos del certamen. En este sentido, desde el Cinoscar Summer Festival defendemos el visionado de films en portales legales o en dvd, pero al abarcar públicos de distintas nacionalidades también facilitaremos links de visionado o descarga para que todos puedan ver todas las obras, y por lo tanto votar en la ronda final. Más adelante os contaremos más detalles del palmarés.

¿POR QUÉ PARTICIPAR?

1. Cada participante contará con:
- Una reseña de la película / cortometraje elegido, con un enlace en cada post y en el margen derecho del blog a la web de cada concursante (en caso de tenerla).
- Si la película elegida gana un premio al final del festival, el premio irá para el concursante que haya elegido la película en cuestión. El premio será una imagen acreditativa del Cinoscar Award que los blogueros podréis agregar a los márgenes de vuestras páginas (de nuevo, en caso de tenerla).
- Un enlace a su post en sus perfiles de las distintas redes sociales (en caso de tenerlas y si así lo desea el concursante en cuestión).
- En el caso de los trabajos amateurs, el blog ofrece la posibilidad de publicar posts promocionales, entrevistas y textos especiales cuyo diseño y contenido se acordará en privado entre los concursantes y el blog.

2. ¿Y por qué participar? ¡Por muchas razones!:
- Para conocer blogueros y cinéfilos de otros lugares: cuando empecemos, ¡os animamos a comentar los posts, compartir impresiones y hacer amigos en Facebook, Twitter y otros!
- Porque el festival podrá seguirse en el blog, Facebook, Twitter, Google + y otras ventanas: ¡podéis encontrar nuevos lectores para vuestras páginas!
- Para conocer nuevas películas.
- Y por qué no: ¿nunca os hizo ilusión formar parte de un certamen de cine de verdad? En el blog os damos esta oportunidad.

Los 7 samuráis, ganadora de la 1ª edición del Cinoscar Summer Festival

¿CÓMO SERÁ EL PALMARÉS?

El palmarés dependerá del número de películas que tengamos a concurso. Sí os podemos adelantar que en esta ocasión el palmarés se decidirá en 3 rondas: una lista de PRESELECCIONADOS, una lista de NOMINACIONES y una votación abierta para decidir a los GANADORES. Dependiendo también del número de participantes, el palmarés puede revelarse en un post final o en una gala en directo, a imagen y semejanza del Directed By que muchos conocéis. Como los films pueden ser de distintas nacionalidades y décadas, puede darse el caso que los premiados sean actores, directores o técnicos ya fallecidos (en todo caso, el premio siempre será para el bloguero).


RECOMENDACIONES: ¿QUÉ PELÍCULAS ELEGIR?

¿Queréis participar pero todavía no tenéis claro qué películas / cortometrajes elegir? Os damos algunas indicaciones que os pueden ayudar. Os recomendamos participar con:
- Vuestra(s) pelicula(s) favorita(s).
- Un film que no es muy conocido y que queréis reivindicar ante toda la comunidad bloguera.
- Un film del que queráis saber la opinión del blog: pensad que habrá reseña personalizada.
- Un film que creáis con posibilidades de estar en el palmarés: pensad en los premios, ¡por qué no!
- Un film independiente, alternativo o poco habitual: se valorará la originalidad de la propuesta.
- Un film que os guste y que queráis incluir en selección no oficial.
- Un film de una cinematografía poco conocida (la vuestra u otra).
- O todo lo contrario: un film conocido que pueda copar el apoyo del público.
¡Todas las propuestas serán bienvenidas!

RECORDAD:

1. Podéis enviar vuestras propuestas HASTA EL 20 DE ABRIL.
2. ¿Cómo? Escribiendo a xavi_23990@hotmail.com; comentado este post; el perfil del blog en Facebook; el perfil personal de Facebook; o el perfil de Twitter del blog.
3. Y a lo largo del festival vosotros seréis los 'distribuidores' de la película elegida: ¡defended vuestra obra elegida y reivindicad en las redes sociales por qué deben ganar vuestras apuestas!

Muy pronto os traeremos nuevos noticias del festival.

viernes, 14 de marzo de 2014

Crítica de HER, de Spike Jonze

Sabíamos que Spike Jonze tenía una habilidad especial para construir atmósferas surrealistas. Conocíamos el dominio de Jonze a la hora de poner al espectador en un estado de reconfortante desasosiego, como la Alicia de Lewis Carroll cayendo al vacío, o como los personajes de Cómo ser John Malkovich cruzando el famoso umbral con destino a los oscuros misterios de la psique. Ya nos habíamos divertido con los juegos imposibles de Jonze y habíamos salido del cine en un estado cercano al éxtasis y a la catatonia: Adaptation era algo más que una larga disertación sobre las orquídeas y Donde viven los monstruos era mucho más que la recreación de un mundo infantil al borde del abismo. Pero ahora, a propósito de Her, nos hemos encontrado a un Jonze fiel a sus señas pero diferente en muchos otros aspectos. Y es que Her, además de ser la mejor película de su realizador, es la demostración de que Jonze mejora cuando lleva su desbordante imaginación al terreno de lo plausible.


En Her todo es extraño y a la vez reconocible, la identificación con el mundo urbano e hipertecnológico por los que se mueve el protagonista es inmediata, y la historia de necesidad, amistad y amor que se hila poco a poco entre un humano y un sistema operativo electrónico dista de ser ciencia ficción: el futuro está latente en nuestras redes sociales, en nuestros pcs y en nuestros smartphones. Uno puede enamorarse de la estética, de los espacios etéreos, de los tempos ralentizados, de la música íntima a la par que futurista de su exquisita banda sonora o de las aportaciones visuales de Her, pero si la película convence y emociona es por su humanidad. Eso y porque Jonze ha sabido desasirse de la carcasa técnica (caso contrario al Gondry de La espuma de los días) para imponerse definitivamente como un autor empeñado en contarnos la imposibilidad del ser humano de dar forma y de culminar sus deseos. De esa tensión por lo que se anhela y no se consigue emerge un film que encierra en sí mismo un cosmos, un estado de ánimo, una paleta de colores, una filosofía de vida y unas bellísimas líneas de guion. Vaya, lo que se dice una 'película mundo', personal e intransferible en fondo y forma. Y al final del viaje sinestésico y melancólico que propone Jonze, nos volvemos a encontrar con la clave, la metáfora, el plano final que cohesiona todo el relato, esta vez de una forma equilibrada y honda: la verdad, la desnudez y la franqueza del cara a cara, del contacto humano sin barreras a modo de gigas o pixels, seguirá imperando y debe seguir imperando en un siglo XXI que tiende a la paradoja (o sea, a la desconexión en un mapa globalizado o al individualismo en tiempos de trabajos telemáticos y colectivos).


Her nos invita a revisar nuestra lista de prioridades, la autenticidad que gobierna o no nuestras relaciones con amigos, conocidos y extraños. Una de esas películas cuyo visionado obliga a realizar un 'reseteo interno', a abrir los ojos. Una historia moderna y recurrente, pero sobre todo atemporal. Y por qué no: un clásico instantáneo que impondrá una mirada, que marcará una forma de abordar el cine romántico y/o de ciencia ficción, que será fuente de citas y homenajes en futuros títulos. Her no ha ganado el Óscar, tampoco ha sido un gran éxito de taquilla, pero tiempo al tiempo: mientras Theodore siga intentando rehacer su vida, y mientras nosotros seguimos enamorados de una Samantha tan corpórea como imaginaria, Her se impondrá como uno de los grandes hitos del séptimo arte más reciente.

Posts relacionados:
Crítica de DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS, de Spike Jonze


Para los que quieran sustituir la silla de la montaña rusa 
o el diván del psicoanalista por la butaca del cine.
Lo mejor: Hacía años que no teníamos un guion tan creativo.
Lo peor: Que pase por un bombón hipster sin más.

Nota: 8'5

jueves, 13 de marzo de 2014

Crítica de LA GRAN ESTAFA AMERICANA (AMERICAN HUSTLE), de David O. Russell

El personaje de Jennifer Lawrence, uno de los tantos vértices que tiene la trama de la nueva tragicomedia de David O. Russell, revela en un momento clave de la película la gran metáfora de La gran estafa americana: los esmaltes de uñas que mejor huelen están hechos, paradójicamente, de basura. Si tomamos esa idea, cualquier estructura política y social, por muy férrea que sea, tiene en sus archivos algún amago de corrupción. Y si rizamos el rizo, como hacen las criaturas del film por exigencias de la estética setentera, hasta las historias cinematográficas que parecen surgir de la inventiva de su creador tienen en su génesis concesiones, inspiraciones y copias (la corrección obliga a hablar de 'homenajes') de obras realizadas con anterioridad. Esos tres elementos están presentes a lo largo de todo el metraje de La gran estafa americana, meganominada y finalmente gran derrotada de la noche de los Oscar (hasta para lo malo, todo en el cine de Russell parece 'grande'). El mensaje del film es evidente. La crítica tal vez no tanto, porque la película quiere ser ante todo un gran divertimento (de hecho, entretiene y convence en un tanto por ciento bastante elevado). Y la tercera propuesta de interpretación ha quedado explicitada por azar, ya que Russell, el aprendiz, ha tenido que vérselas con Scorsese, el maestro, durante toda la temporada de premios (detalle que para ciertos sectores críticos ha sido suficiente para elevar El lobo de Wall Street y enterrar a La gran estafa americana como un falseamiento, meritorio pero claramente inferior, de sus referentes).


Pero los premios pasan, las películas quedan y en el museo de lo más destacado del cine reciente se agolpan con igual importancia tanto las propuestas rabiosamente originales con otras que saben hacer frente a las acusaciones de plagio, o que siendo falsas se exponen, por las cuestiones que sean, como obras primigenias (como véis, la broma que sustenta el título español de la película da para mucho). Por ello, es de justicia señalar que La gran estafa americana ni es tan grande como apunta su abultado palmarés ni es el timo a gran escala que muchos han escrito. El film se sustenta sobre un elenco prodigioso de actores, y las bondades de todos sus apartados técnicos ayudan a que el espectador se sume a la vorágine retro que plantea la historia: desde los publicitados escotes de Amy Adams hasta la cuidada dirección de vestuario o de maquillaje y peluquería, sin olvidar montaje y fotografía o la interesante selección musical (piezas originales y temas existentes que van de David Bowie a Elton John), la película es un esmerado regreso al thriller de policías y polizones de toda la vida salpicado por la verborrea típica de todos los libretos del ladrón mayor del reino: David O. Russell.


El conjunto aguanta durante hora y media larga, pero al final la jugada no tan maestra se resuelve con demasiados faroles y retruécanos. La gran estafa americana tarda en dar un golpe de autoridad sobre el tablero y la partida acaba con la platea un tanto fatigada y unos personajes que de tanto gesticular y gritar terminan por resultar marionetas en un vodevil grotesco. Una pena, porque La gran estafa americana tiene destellos de genialidad y el swing de los mejores títulos del género. Con todo, hay que tener en cuenta que el tío Óscar dinamita el encanto de muchas obras (de tanto citar una cinta, de tanto leer sobre ella y tras tantas expectativas creadas, el repertorio de fobias y filias, a veces sin motivo, es inevitable tanto para el público de a pie como para los analistas de turno), y que La gran estafa americana, al ser la más desbarrada de la cosecha 2013 - 2014, era la más débil de cara a la crítica fácil. Mejor, en conclusión, que tomemos distancias sobre La gran estafa americana: el tiempo dirá si se gana o no un lugar propio en ese museo del último cine norteamericano. Si el film lo merece, o si en realidad la película es solamente un gran repertorio de ases en la manga, ya es opinión de cada uno. Por nuestra parte, La gran estafa americana es un juego con cierta gracia y personalidad que merece segundos y terceros visionados.


Para amantes de las películas que cambian de piel varias veces en poco más de dos horas.
Lo mejor: Todos sus actores: al cuarteto nominado, hay que incluir a Jeremy Renner.
Lo peor: Que Russell siga olvidando una de las virtudes del buen narrador: la concisión.


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Reseña de EL LADO BUENO DE LAS COSAS, de David O. Russell
Reseña de THE FIGHTER, de David O. Russell


Nota: 7