miércoles, 31 de julio de 2013

CINOSCAR SUMMER FESTIVAL: ANDREI RUBLEV, de Andrei Tarkovsky

ANDREI RUBLEV, de Andrei Tarkovsky (Unión Soviética, 1966)
Cinoscar Summer Festival 2013: Sección oficial a concurso
Elección y presentación de Alejandro Salgado: ''Excelente film, quizás el mejor del gran director ruso y mi personal favorita. Tarkovsky en un gran ejercicio cinematográfico ahonda en el mundo del arte, del artista, del ser humano y su relación con el entorno que los rodea. Una obra maestra imprescindible para entender la grandeza de este mítico director y una gran reflexión sobre la vida, el arte y el papel del artista en el mundo y consigo mismo. Si no la han visto, no dejen de verla y votarla, porque entre nosotros los amantes del cine está la tarea y el compromiso de rescatar y homenajear estas grandes obras del séptimo arte''.
¿De qué va?: A principios del siglo XV, tres monjes abandonan su monasterio recorriendo la estepa rusa y difundiendo el mensaje de Cristo. Ignorantes de lo que sucede extramuros, los ideales de los hombres chocan con la realidad de una sociedad empobrecida y en constante guerra. Solo Andrei Rublev, que destaca por sus dotes como pintor, sigue fiel a sus mandatos y decide resistir en una iglesia destruída tras un asedio.
Palmarés: Premio FIPRESCI del Festival de Cannes 1966. Jussi Award al mejor film extranjero. Mejor película extranjera para el Sindicato de Críticos Cinematográficos de Francia.


Reseña: Con Tarkovsky, como ocurre con los genios, hay que dejarse llevar: o te adentras desde el primer minuto en el film y aceptas sus postulados, o bien uno está obligado a deambular más o menos perdido alrededor de un todo complejo que puede resultar fácilmente inexpugnable. Tal vez por ello ciertos autores de conceptos y formas tan personales como radicales fomentan las filias y fobias de distintas generaciones de espectadores, sentimientos viscerales, seguramente irracionales, que interactúan con el factor púramente artístico. Este hecho se da con las obras de Haneke, Von Trier o Malick, autores de la modernidad gracias a los cuales el diálogo cinematográfico y extracinematográfico, la discusión sobre el creador y la persona o personaje, sigue todavía vigente, o al menos lo suficiente como para acallar el canto de quienes pregonan la muerte del cine como fenómeno social y medio de comunicación en la actualidad. Tarkovsky, a caballo entre los nombres citados y otros apellidos insignes como Dreyer y Buñuel, no se libra de estos avatares, gracias a los cuales su figura y su filmografía ha conseguido inmortalizarse. Andrei Rublev es una experiencia y es un reto, y de nuevo se cumple el esquema: o aturde y hechiza desde el primer momento o se convierte en un inacabable suplicio. Personalmente, con la prudencia de quien se inicia en la obra de uno de los más grandes y con la conciencia de estar hablando de un gran fundador del cine contemporáneo, no me sitúo en ninguna de las dos orillas del río. Andrei Rublev tiene momentos de enorme belleza y escenas de una perfección y emoción espectaculares, y en paralelo la narración fragmentada por capítulos, cierto laconismo en el talle del protagonista y la tendencia a los planos secuencia silentes y pausados resta autenticidad al film, con el que conecto y desconecto de manera intermitente a lo largo de sus considerables 185 minutos de metraje. En resumen, una película que pesa, que a ratos resulta incluso irrespirable, pero que sin duda merece ser vista por sus innegables cualidades técnicas y por la mística de su discurso.


VALORACIÓN DE LA CRÍTICA 

Dado que siempre parece haber más en la cabeza del director del film que en la cabeza del que interpreta a Andrei, el sistema no funciona conmigo. Vincent Canby, The New York Times.

La única película que me interesa del sacralizado Tarkovski. Carlos Boyero, El Mundo.

Un virulento asalto a la Madre Rusia, la pasada y la presente. Una de las películas más significativas de su tiempo y de todos los tiempos. Dan Jardine, Cinemania.


VALORACIÓN DE LA CRÍTICA DEL FESTIVAL

Obra maestra imprescindible de una belleza subyugante y tensa que invita a profundizar durante y después de su visionado. El maestro propone el arte como una religión. Uggo Kollado

Tarkovsky mantiene su estilo, que me gusta, pero lo emplea dentro de una película de época y consigue un resultado inferior al habitual. Gran final. Guillermo Navarro


Una catedral apoteósica y suprema, con un blanco y negro exquisito, una fotografía magistral; y una historia alucinante, poética, lírica y desgarradora, la esencia pura del totalitarismo de la religión de aquella época. Llena de símbolos y mensajes. Obra maestra de la cinematografía rusa. Jose Zambrano

El arte y la vida, el bien y el mal, la duda y la certeza expuestos en este interesante film que trata de relatar la vida del pintor ruso Andréi Rublev. Mayra Meza

Otro de los engaños más grandes que ha engendrado el cine bajo el lema “grandeza poética que soporta múltiples lecturas”. José Barriga  


PUNTUACIÓN DEL JURADO 


LOS REFERENTES DE AMERICAN HORROR STORY



AMERICAN HORROR STORY 
1ª TEMPORADA

Concebida como un homenaje al género de terror, American Horror Story es una serie dramática que tiene una particularidad distinta a la mayoría: cada temporada cuenta una historia diferente desde cero, con sus diversos personajes y con su propia estructura y resolución de incógnitas. La primera temporada, titulada Murder House (La casa del crimen), es un homenaje a las películas de fantasmas y casas embrujadas, pero cuenta con diversas peculiaridades que logran que el espectáculo sea lo suficientemente variado, pintoresco y entretenido para no caer fácilmente en el cliché del género fantasmal.

La serie, como homenaje al terror, tiene multitud de referentes a películas de dicho género. Estos son los principales:




Amityville Horror - CASAS ENCANTADAS

Hay muchas películas de familias que se mudan a mansiones encantadas, pero tanto por la estética de la casa como por los entresijos que esconde la historia de Amityville Horror, puede que ésta haya sido, entre otras muchas, la principal influencia. La película está basada en los trágicos hechos reales sucedidos el 13 de noviembre de 1974, en los que Ronald deFeo asesinó a sus padres y cuatro hermanos con un rifle de caza impulsado, supuestamente, por una voz que oía en su cabeza. Según la historia, la casa se edificó sobre un sanatorio donde murieron algunos indios nativos debido a estar en condiciones infrahumanas. Un año después de los asesinatos de deFeo, otra familia se mudó a la casa de Amityville, la cual tuvieron que abandonar rápidamente debido a los sucesos paranormales que allí se producían. Se ha debatido mucho respecto a la veracidad de estos sucesos, pero no ha sido suficiente para evitar convertir a esta mansión como la casa embrujada más famosa del folklore americano.


Como dato curioso podemos mencionar el modo en que la serie American Horror Story refleja la idiosincrasia americana y cómo utiliza estos hechos como atracciones para turistas, a través de uno de los recorridos que muestran los diversos asesinatos producidos por la zona de Los Ángeles, donde se sitúa la acción, y en la que la casa de los protagonistas es una de las principales atracciones, dejando en evidencia a un país que se enorgullece hasta de los hechos más macabros de su historia.
  

 La matanza de Texas – EL PALETISMO SUREÑO

El título de Tobe Hooper que tanto sorprendió e impactó en su época, debido a la fotografía realista estilo documental y su violencia mostrada en pantalla (que en realidad no es tanta, pero en aquellos tiempos sí lo era) no solamente creó sorpresa debido a los factores mencionados anteriormente, sino a todo lo que implícitamente la película dejaba intuir: los entresijos de la América profunda y rural. La película toma como referente nuevamente un hecho real acontecido durante la década los 50: la terrorífica historia de los asesinatos de Ed Gein. Ed Gein desarrolló un extrañó odio hacia las mujeres y fascinación al mismo tiempo. Tras morir su madre, la policía halló en la granja donde vivía un arsenal de horror macabro entre los que se hallaba un cadáver colgado de un gancho, cráneos humanos en la cocina y mamparas de lámparas o máscaras hechas de piel humana. Estos hechos inspiraron películas como Psicosis, El silencio de los corderos o la ya mencionada La matanza de Texas, además de inspirar también el movimiento cinematográfico setentero American Gothic inducido por la guerra de Vietnam, con películas como La última casa a la izquierda, Las colinas tienes ojos o Halloween, entre otras; sin mencionar actualizaciones recientes del tema como la “road movie” Km. 666 o las primeras películas del cantante de rock, Rob Zombie: La casa de los mil cadáveres y Los renegados del diablo, todo un homenaje al American Gothic.

American Horror Story,  no solamente hace homenaje de todo esto a través de los macabros experimentos del cirujano que construyó la casa, donde vemos cráneos y órganos en botes de vidrio, también presentes en los títulos de crédito iniciales de cada capítulo, sino que lo ejemplifica con el personaje de la vecina friki de la familia, la cual viene a representar toda esta tradición sureña y arraigada de la América profunda.



La semilla del diablo – EL ANTICRISTO Y FANATISMO RELIGIOSO

Por último, el tercer referente más importante al que hace homenaje la serie es La semilla del diablo de Roman Polanski, un claro ejercicio de terror clásico, alejado del género actual que ha ido evolucionando hacia una estética de videoclip, presente también en la serie, que mezcla dicha estética junto a el clasicismo de las historias que se narran en ella. Volviendo a La semilla del diablo, se trata de una influencia presente desde el primer capítulo, donde el cirujano de la madre compara de algún modo su útero con una casa, como metáfora de lo que se anticipará a lo largo de la temporada. Una de las propias escenas del primer capítulo es un homenaje a la película en la cual la protagonista tiene sexo con el diablo, representado en la serie a través del personaje del hijo trastornado de la vecina.

Cabe mencionar un hecho real relacionado con la película que nuevamente imprimió páginas de periódico sobre el horror de la historia americana: Los asesinatos de Charles Manson. Hijo de una prostituta alcohólica, tuvo una vida ajetreada entrando y saliendo de prisión continuamente por robos y violaciones a homosexuales. Pero el verdadero horror llegó cuando éste se interesó por la Iglesia de la Cienciología. Fue entonces cuando esta formación esotérica le llevó a contar con un grupo de seguidores, y según su filosofía solo los que les siguiesen se salvarían del apocalipsis. Manson se denominaba a sí mismo como el propio Jesucristo, Espíritu Santo y Satán al mismo tiempo. Nunca se probó que asesinara él mismo a nadie, pero se sabe que ordenó varios asesinatos a los miembros de su familia, entre los que se encuentra el asesinato de Sharon Tate, esposa de Roman Polanski, a la cual le cortaron los pechos estando embarazada y dejándola morir desangrada la noche del 8 de agosto de 1969, poco tiempo después de que se estrenara la película de La semilla del diablo. Todo un horror que demuestra la tesis de que la realidad supera a la ficción.   

Miguel Martín