martes, 3 de diciembre de 2013

Crítica de FOR THOSE WHO CAN TELL NO TALES, de Jasmila Zbanic

La joven realizadora bosnia Jasmila Zbanic ha consagrado su corta pero potente filmografía al recuerdo de la Guerra de los Balcanes. Su cine está lejos de pesquisas bélicas, lecciones históricas o estampas conciliadoras: Zbanic tiene la mirada crítica pero al mismo tiempo moderada de quien vio la contienda desde cierta distancia pero al mismo tiempo sufriéndola en primera persona. Grbavica y En el camino eran dos retratos de la Bosnia actual, y en ambos casos la guerra se colaba por las rendijas de una sociedad que luchaba por recobrar cierto equilibrio. For Those Who Can Tell No Tales pretende explicar qué se perdió por el camino, qué se ocultó por error y qué cosas se ignoraron a propósito durante el largo y todavía vigente proceso de vuelta a la normalidad. En esta ocasión, la directora recurre a un personaje ajeno a la realidad de posguerra, una turista australiana de viaje por el país europeo, para explicar la historia de siempre, esta vez acogiendo fórmulas del documental y formas itinerantes. Precisamente por su buscada estructura de road movie geográfica y emocional, la película termina siendo una intuición del horror de la guerra desde fuera, y por ello resulta menos convincente y emocionante que las anteriores propuestas de Zbanic. En el film cuesta entender la postura de su viajera protagonista, una ambigüedad que revierte en contra de la historia: es difícil simpatizar con alguien que tal vez, sólo tal vez, pretende rastrear las huellas del horror para calmar ciertas pulsiones burguesas o para culminar un compromiso de postal más bien impostado. Tampoco acaba de quedar claro con qué intenciones y a qué personas va dirigido el por otra parte interesante título de la cinta: de alguna manera 'nadie puede contar cuentos', por lo que Zbanic parece dirigirse a las víctimas y a los verdugos, a los bosnios y al resto de ciudadanos, dando a entender que ante una guerra todas las partes acaban perdiendo. Sea como sea, For Those Who Can Tell No Tales no llega a la catarsis, no precisa sus pasos, no se moja con datos verídicos, no termina de sentirse segura como ficción sin filtros, no parece querer contar con la complicidad de la platea: es la narración de un viaje que sólo tiene sentido para su actriz-personaje, una fórmula muy discutible de una película de la que se espera una revelación, un mensaje o simplemente una explicación de cómo es la Bosnia anterior y posterior al conflicto de los 90. Toca temas interesantes, pero For Those Who Can Tell No Tales es en conjunto una película decepcionante.


Para mochileros que reniegan de los parajes paradisíacos.
Lo mejor: Es cruda y solemne, tal y como requiere la historia.
Lo peor: Da la sensación de que nunca llega al 'meollo de la cuestión'.

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Nota: 5'5

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