sábado, 13 de abril de 2013

Crítica de ALACRÁN ENAMORADO, de Santiago A. Zannou


Carlos Bardem, escritor de la novela Alacrán Enamorado, reconoció en el Zannou de El truco del manco el talento necesario para llevar a la gran pantalla la pulsión de los personajes marginales y extremos de su historia. Con la cinta estrenada en toda España, no cabe duda de que Bardem, que se ha reservado el segundo papel masculino más importante de la función y otra intervención para su hermano Javier, tuvo muy buen ojo a la hora de fichar a Zannou. El film se describe por dos marcas: en primer lugar, se sirve de las directrices clásicas del cine de boxeo, con una historia de redención personal bastante habitual en la ficción pugilística y con una no menos recurrida descripción del 'maestro frustrado' que instruye y guía a su pequeño saltamones como si de un padre se tratase; y en segundo lugar, es evidente la pervivencia de un cine ligeramente romántico que en lugar de pervertir los códigos amorosos pone la premisa 'chico conoce chica' en un marco diferente, en este caso describiendo el evidente pero potente choque de trenes que surge al poner en un mismo plano un joven de ideario nazi y una chica mulata. Esta doble vertiente enriquece a Alacrán enamorado, ya que el film funciona como trama juvenil y al mismo tiempo tiene la madurez que reclama un perfil de público más elevado. Solo por eso el film amplifica los horizontes del reciente español, sin olvidar su esfuerzo por dar buenos personajes a toda una generación de nuevos talentos: Álex González apaliza y vence en el que es de momento el papel de su carrera, la hastiada construcción del entrenador parece tener ecos eastwoodianos y Miguel Ángel Silvestre tiene el lado visceral y animal del primer Javier Bardem -  es indudable que de haber sido concebida veinte años atrás el principal protagonista hubiese recaído en el español más internacional -. Al final ni se impone la crítica social ni el romance folletinesco: Alacrán enamorado queda como una película con momentos poderosos y una atmósfera turbia, oscura y cortante que deja mal cuerpo. Puñetazos consistentes que aun siendo una evolución lógica de las corrientes sociales de nuestro cine pelean en una liga inferior con respecto títulos europeos de temática paralela como La ola o El odio. Por explicar la historia que explica y por venir firmada por parte de quien viene firmada (esto es España, señores), la película recibirá más golpes en el ring de los que realmente merece: de ahí que sea importante abrazar esta Alacrán enamorado como una de las sorpresas más agradables del cine español de este 2013.


Para amantes de las mezclas consistentes.
Lo mejor: Cine y realidad, boxeo y racismo, se funden con bastante atino.
Lo peor: El final revela ciertas complacencias del conjunto.

Nota: 6'5

1 comentario:

Antonio Ruz dijo...

Tuve la suerte de asistir a una conferencia de Carlos Bardem en la que hablaba de la situación actual del cine español y en aquel momento, entre otras cosas nos contó que estaba en pleno rodaje de la película.
Aun no he podido verla, pero en principio la historia me atrae.

Saludos desde SerieCinema