jueves, 13 de diciembre de 2012

Música islandesa en vena: Crítica de BACKYARD, de Árni Sveinsson

Fiestón en la isla
BACKYARD, de Árni Sveinsson (Islandia, 2011)
Es lo que tiene ser islandés. Hay tantas escuelas de música por metro cuadrado que cualquier hijo de vecino es un artista. Y si quieres invitar a tus compis a un concierto improvisado en el patio trasero de tu casa lo más probable es que acabes congregando a lo mejor de la escena rock, alternativa e indie de la música europea. Directamente. Aquí mataríamos por tener en nuestro jardín a bandas como FM Belfast o Múm pero Islandia es otro mundo. Viendo Backyard, la hazaña de un joven de Reijkjavík empeñado en traer a su casa la flora y nata musical de la capital, dan ganas de comprarse la discografía completa de todos los grupos invitados. O mejor: comprarse esas bandas sonoras o recopilatorios que siempre quedan en el stock de fondo de las tiendas. Lo mejor de Backyard es que nos hace partícipes de la loca preparación de un concierto brillante y la sala de cine se convierte en el estadio improvisado. Y más. Porque el show invita a aplaudir todas las actuaciones. Hay que verla preparado con el mechero, la comida basura y las manos arriba para hacer la ola en cualquier momento. Backyard es una divertida forma de presentarnos las voces más frescas de la música islandesa. Porque no hace falta que estén nombres internacionales como Sígur Rós y Björk en el cartel para que la película sea una fiesta en toda regla. Dicho y hecho: ya me descargué la discografía completa de Hjaltalín (su Stay By You en estricto directo es increíble) y Mugison, y vendrán más. Si te gusta el cine te gustará. Si te gusta la buena música te encantará. Y si te gustan las dos cosas, como es el caso de este blog, al acabar el espectáculo se quedarán pidiendo otra canción más.


Para los que buscan savia nueva para el ipod
Lo mejor: Sabe a poco.
Lo peor: Pese a todo, no es lo mismo ver la película que estar allí viendo el concierto.

Nota: 7

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