viernes, 14 de diciembre de 2012

El Larsson islandés: Crítica de BLACK'S GAME (SVARTUR Á LEIK)

La Islandia criminal
SVARTUR Á LEIK (BLACK'S GAME), de Óskar Thór Axelsson (Islandia, 2011)
Antes de que en Islandia estallase la crisis económica no todo iba de perlas. En 1999 el tráfico de drogas y las luchas entre los distintos bandos de narcotraficantes de la isla estaban a la orden del día. El escritor Stefán Máni tomó ese año en su novela Black's Game como el fin de una etapa de inocencia. Por aquel entonces los islandeses no cerraban con llave las puertas de sus casas y coches por la noche, soñaron por primera vez con ganar el Festival de Eurovisión y celebraron el cambio de milenio. Ahora el libro, beneficiado por el auge de la novela negra nórdica, se ha convertido en película de la mano del debutante Óskar Thór Axelsson. Y a falta de poderla analizar como parte de la cada vez más destacada producción cinematográfica de Islandia, aunque intuímos que estamos ante uno de sus títulos estrella del 2012, es interesante ver qué lugar ocupa Black's Game en esa línea de ficciones iniciada por la versión sueca de Los hombres que no amaban a las mujeres y que en breve continuará con la adaptación al cine de El hipnotista. Black's Game no es un ejercicio oportunista ya que no sigue una constante de moda: quiere y consigue ser un thriller con personalidad que a ratos toma para sí la brutalidad y la carnalidad de los personajes del Pusher de Nicolas Winding Refn. Ni es un telefilm estilo Aurora Boreal ni estamos ante una cinta de acción imposible al más puro estilo yanki tipo Headhunters. Puestos a precisar el tono del film, podría definirse como un Dinero fácil con más carne y menos persecuciones. Un entretenimiento impúdico que aborda sus escenas de sexo, violencia extrema y consumo de drogas sin subrayados ni rodeos. Pese a esto, en ella queda algo de ese libro de fácil lectura que no hemos tenido ocasión de conocer en España: su estructura va de la impactante presentación de personajes a la descripción de un mundo despiadado que discurre al margen de la ley, todo hasta llegar a un giro final, medio esperado medio forzado, que acaba conviertiendo el film en un pasatiempo más oscuro de lo habitual pero igualmente abierto a nuevas continuaciones como muchas de sus compañeras de librería y videoclub. La receta, al fin y al cabo, de todo superventas o rompetaquillas. Si uno desconoce o conoce parcialmente los mundos cinematográficos y novelescos del norte nada idílico sabrá reconocer que Black's Game tiene más garra de lo habitual. En mi caso, y confieso sentir debilidad por casi todos los thrillers nórdicos citados en este post, la película me atrapó en sus redes pero me dejó con ganas de un producto más pasado de rosca. Ni llega a ser todo lo perversa que debería ni es el entretenimiento de usar y tirar que buscan las distribuidoras. Es, eso sí, una película muy recomendable que debería triunfar entre los habituales de la descarga inteligente.


Para los que todavía no se desencantaron de la nueva ola de cine nórdico negro
Lo mejor: El personaje de Tóti interpretado por Jóhannes Haukur Jóhannesson: le auguramos el Edda Award, el Goya islandés, al mejor actor secundario.
Lo peor: Puede que el tiempo hable de un nuevo género, o una variación del género, y no solo reducido a una cuestión geográfica, del cine negro, pero por el momento es imposible no ver Black's Game como lo que es: la adaptación al cine de un best-seller.

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Nota: 7

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