martes, 20 de noviembre de 2012

Crítica de L'ÂGE ATOMIQUE, de Héléna Klotz

L'ÂGE ATOMIQUE (ATOMIC AGE, LA EDAD ATÓMICA), de Héléna Klotz (Francia, 2011)
¿De qué va?: Dos adolescentes bajan de un tren preparados para disfrutar de la noche parisina. Ambos se perderán en una discoteca: uno desea atraer la atención de una chica a toda costa, y el otro quiere intimar más con su compañero.
El dato: Héléna Klotz es la hija del prestigioso cineasta francés Nicolas Klotz, cuya última película, Low Life, está muy relacionada con la ópera prima de Héléna. En España solo se ha estrenado comercialmente una película de Nicolas Klotz: La cuestión humana, protagonizada por Mathieu Amalric. L'âge atomique se estrena esta misma semana en Francia.
Valoración: L'âge atomique transita unos mundos que recuerdan al primer Philippe Garrel y que en el cine francés actual solo ha actualizado Christophe Honoré. El film es un viaje a la noche de la capital, al interior de discotecas y a la intemperie más fría. Una obra que se alimenta de luces y sombras, de neones y contrastes. La premisa: dos jóvenes solitarios caminando por espacios desnudos, como Gerry de Gus Van Sant. Una película de colores florescentes y de entidad efervescente. Una historia de pequeño metraje, austera en todos los sentidos, que quiere ser una experiencia sensorial y que en el espectador tiene el efecto del mejor de los sueños. Su alma es nocturna, poética y adolescente: no quiere ser una gran historia ya que apenas hay un hilo argumental en el sentido estricto del término. Hay que dejarse llevar de la mano de Klotz y de sus dos actores. El hecho de que no sea una historia sólida no quiere decir que no sea consistente: su estado es otro, tal vez gaseoso. Pocas películas francesas experimentan tanto siendo a la vez tan conscientes de la herencia de sus clásicos. L'âge atomique, más que una película, es la intuición de un relato, y lo que para otros sería simplemente el esqueleto de una narración (la determinación de un espacio, un tiempo y unos personajes) aquí se convierte en el principal motor del film. Puede pecar de hermética pero en realidad es un film de intuiciones. Una película desnuda y abrupta que impacta visualmente para días después continuar a modo de eco en la mente del espectador. Una película para visionar en bucle, porque ni empieza ni acaba. Más que verla se está en ella. Más que cuerpos tiene siluetas. Tal vez tendría más alma siendo menos abstracta, pero desde que vi hace diez años los primeros trabajos de Wong Kar Wai no había contemplado un poema visual tan vaporoso y enigmático como este.
Palmarés: Premio FIPRESCI de la sección Panorama del Festival de Berlín 2012. Premio Jean Vigo al mejor director francés debutante. Mención especial del jurado del Festival REC de Tarragona.


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Nota: 7'5

1 comentario:

albertaco dijo...

como puedo conseguir esta película?? me llama mucho la atención. Buen comienzo de semana!