sábado, 25 de junio de 2011

Perdido en la Pampa: Crítica de UN CUENTO CHINO

Cada año llega a nuestras carteleras una película argentina que acaba convertida en éxito de taquilla. Y desde que llegase El hijo de la novia, que aguantó ocho meses en los cines españoles, muchos de esos títulos llevan el sello y la interpretación de ese señor tan tranquilo, tan especial, tan buen actor que es Ricardo Darín. Él es uno de los pocos casos en los que la aparición de un intérprete encierra un género en sí mismo; un tempo, un humor entre cotidiano y oscuro que se acopla al romance de El mismo amor, la misma lluvia, al thriller de pícaros Nueve reinas o al melodrama noir de El secreto de sus ojos. Si Darín es precisamente esa premisa, tal vez ese cliché de argentino medio, ligeramente atractivo, entre apático y de humor agudo, Un cuento chino cumple a la perfección las expectativas.  A ese rol perfectamente reconocible, reclamo comercial de la cinta, demostración de que el cine a veces es más la magia de un rostro que la complejidad de una historia, se le añade el factor asiático del título, y Darín pasa a ser uno de los miembros de esa extraña pareja, aparentemente antónima pero unida por la soledad, que forman el dueño de una ferretería y un hombre que acaba de perder a su novia. Entre ambos media una trama más simpática que divertida, que empieza y acaba sin estridencias, con pequeños insertos surrealistas que juegan con la fábula 'amélianizada'. Si en castellano un 'cuento chino' es una historia fantasiosa, una milonga contada con gracia, la película prefiere discurrir por territorios ya conocidos: no es la comedia de la temporada, pero tampoco el embuste que cita el DRAE. Resultado: un film agradable, claramente superior al resto de oferta veraniega, que acabará su vida comercial como uno de esos pequeños grandes sucesos que deberemos reseñar a final de año (y no sólo porque suba la cuota de cine hispano).


Nota: 6

7 comentarios:

Unknown dijo...

La veremos... aviso: no salir de la sala hasta que finalicen los créditos, hay una sorpresa al final de la cinta!

Rodrigo Moral dijo...

Dos cuestiones.
1. Estoy prácticamente de acuerdo en todo lo que has mencionado. Sí, eso sí, me gusta ver más a Darín en películas más dramáticas que cómicas. Quizá, porque quien haya crecido con este actor, puede sentir a Ricardo algo reiterativo.
2. Sobre el anterior comentario, no vi ninguna sorpresa, y tampoco me quedé hasta el final de los créditos :|

Manderly dijo...

Entretenida sin más. Con sonrisas pero sin carcajadas.

Spoiler_____________:
Creo que la sorpresa a la que se puede referir es que en los títulos de crédito finales, nos dicen que la historia está basada en hechos reales y nos muestran la cadena de televisión de noticias rusa en donde relatan el suceso.

Un saludo.

Unknown dijo...

Ups ahora ya no es una sorpresa

Marcelo Cafferata dijo...

Una mirada a la peli desde acá, desde Buenos Aires.

http://revoleandobutacas.blogspot.com/2011/03/el-dia-que-las-vacas-vuelen.html

Es dificil en el cine argentino encontrar una comedia costumbrista con destellos inteligentes en el guión y que no quede pegada a ninguna estructura o lugares prototípicos. Al menos, "Un cuento chino" cumple ampliamente con ese cometido.
Algunas escenas entre Muriel Santa Ana y Darín son sencillamente deliciosas y sólo por eso vale la pena verlos.

Saludos!

Manderly dijo...

YouTrailer, para mi no ha sido ninguna sorpresa porque durante los títulos del principio ya nos comunican 'basada en hechos reales' y además en mi comentario señalé que se trataba de un 'spoiler' para que lo leyera quien quisiera.
Parece ser que los cuentos chinos no son como los de Andersen...

Lucas Liz dijo...

Siempre da gusto parasarse por aquí y leer tus notas...
Coincido mucho con tu crítica. Ví la película hace un para de semanas y la sensación fue que era AGRADABLE, muy AGRADABLE, con momentos realmente SIMPÁTICOS... El señor DARÍN por sí sólo ya es una garantía y de verdad que aquí etá muy bien, en los términos que comentas...
Deje mi post en mi blog ya hace tiempo...
Muchas gracias por compartir tu sabiduría con nosotros..
Desde la Ignorancia, Lucas Liz.