viernes, 23 de julio de 2010

SERIES 28: A DOS METROS BAJO TIERRA



Six Feet Under acabó hace cinco años y su huella sigue igual de imborrable. En 2004 se estrenaron Mujeres Desesperadas, Weeds y Perdidos entre otras para encadenar el período de oro de la televisión norteamericana. Six Feet Under, por pura cuestión de fechas, es la serie que marca el cambio, la última ficción de una primera era de las series yankis que abarca nombres míticos como Sexo en Nueva York, Friends o Los Soprano. Por ello, no sé si hablando de la serie reivindico algo presente o pasado, pero sí inmortal. Gracias a esa excelente edición en dvd en forma de tumba (bueno, para algunos funciona a modo de totem), la serie consigue echar raíces y aguantar el paso de ese tiempo que tan bien trató durante 63 capítulos y 5 temporadas. Nunca pasará de moda una serie que, recordemos, emitió poco y mal (como es habitual) La 2 española, una de las primeras tramas episódicas en dar el salto al dvd, y la primera, más lírica y provocadora historia antes de que llegaran los vampiros ninfómanos de True Blood (también, cómo no, del excelente Alan Ball).



En Six Feet Under no noto la mano de un montaje: veo el libre discurrir de la vida, el inexorable paso del tiempo y la representación de las taras y los complejos de todo ser humano. Por primera vez una serie se permitió el lujo de tener una estética cinematográfica, contando con un grupo de directores y técnicos que aportaron en todo momento su visión e ideas. No veo capítulos, sino temporadas, porque cada una de ellas representa una unidad, un estadio de aceptación y evolución en la vida de los personajes. Hay tramas criminales (la que concierne al personaje de Lili Taylor, cuyo final no podemos desvelar), pero me quedo con esa sensación de asistir en directo a la rutina de una familia disfuncional (al menos diferente, pero no tanto como cualquiera de nosotros). Y es la primera y última vez que he tenido la necesidad (al final el placer) de volver a escuchar alguno de sus diálogos, incluso he estado tentado de apuntar algunas expresiones para aplicarlas al día a día. Six Feet Under es más que una serie: es un haiku. Ver a Kathy Bates, Patricia Clarkson o Richard Jenkins aparecer y desaparecer entre nuestros David, Nate, Claire, Ruth, Brenda y compañía ha sido un placer. Es una serie con la que me quedo embobado, una historia tan tranquilizadora como una sesión de yoga, tan enriquecedora como cualquier clase de filosofía. Encadeno capítulo tras capítulo porque sus responsables supieron dar al conjunto una estructura circular. Ninguna serie reserva lo mejor para su última temporada, y más cuando la tendencia televisiva es ir repitiendo o empeorando lo visto en primeras entregas (su finale season tiene una puntuación de 9'8 sobre 10 en su ficha de IMBD). Será un gustazo volver a ver Six Feet Under en otro momento. Se puede decir más alto pero no más claro: estamos ante la serie de la década. Y como tal, merece un homenaje especial.



Con la muerte de Nathaniel Fisher Senior empezó el curso de otras tantas muertes. Todas ellas acababan en manos de los Fisher, una familia dedicada en cuerpo y alma a la funeraria, su negocio, razón de ser y motor, valga la ironía, de vida. Pero tras la muerte del patriarca, la relación de los Fisher con la muerte, incluso entre ellos mismos, cambió: ellos, aletargados, insatisfechos, nunca se dieron la oportunidad de ser felices y la pérdida del mayor (el que, por tradición, impone las normas) se traduce en un viaje individual (porque cada uno debe recorrer su camino) y colectivo (porque la unidad familiar debe reforzarse con estas nuevas experiencias) en busca de la individualidad, de la libertad. Lo que sigue son unos personajes que dan tumbos porque la vida nunca será un camino recto y porque siempre tropezamos varias veces con la misma piedra.

HOMENAJE A DAVID (Michael C. Hall)

David acepta y confiesa su homosexualidad, y sólo a partir de aquí podrá diseñar esa familia que tanto anhela, una salida del armario muy importante porque invita como ninguna a la comprensión y a la tolerancia hacia una tendencia sexual que desgraciadamente aún tiene que luchar por la plena aceptación. El destino de David es luchar continuamente, pero el final de la serie le brinda los frutos de tanta batalla. El capítulo 11 de la primera temporada es un prodigio, también el capítulo 5 de la tercera, ese momento tan traumático en el que David es atacado, secuestrado y maltratado por un indeseable. David es la madre (por su instinto protector, por su tendencia a la planificación), una apariencia fría en un interior sensible, a flor de piel. Es, sin duda, mi personaje favorito. Un modelo de cómo debe tratarse lo 'gay' de forma pedagógica y veraz en televisión. Y también un modelo de persona: alguien que no es esperpéntico, alguien serio, un 'alguien' que podría ser otras tantas caras anónimas de una Norteamericana tan mojigata y represora.



HOMENAJE A CLAIRE (Lauren Ambrose)

Por edad, Claire es la que más tiene que compartir con esa generación de jóvenes seriéfilos que tanto la adora. Su trayectoria a lo largo de la serie se basa en encontrar una identidad: saber quién es y, con eso, saber finalmente quién quiere ser. Claire es la adolescente que ha oido hablar de la Guerra de Vietnam y que ha crecido con la imagen del derrumbe de las Torres Gemelas. Es reivindicativa, deslenguada, rebelde, inconformista. Basa su día a día entendiendo que 'todo es una mierda' y que 'todo puede ir peor'. Ella representa el adolescente de clase media que no encuentra su lugar. Tanto negativismo sabrá canalizarlo en sus fotografías, pero ponto averiguará que el mundo del arte está lleno de arribistas (ella le robará la idea del 'collage' a su mejor amigo), reprimidos y locos. Claire titubeará con las drogas: si asistió al funeral de su padre 'colocada', ella será la única que verá con lucidez ese camino hacia Nueva York.


HOMENAJE A NATE (Peter Krause)

Nate huyó del núcleo familiar y pasó de ser el primogénito al bastardo. Aunque Nate vuelva, su actitud siempre es esquiva, huidiza. Demasiado soñador, no acepta que él es un Fisher. Nate es ese adolescente que un día se despertó con una casa, una mujer y una hija que nunca lo llenaron. El camino de Nate es el que contiene más curvas y, por eso, es el que tendrá el final más trágico. Nate viaja de un extremo a otro: conocerá la tristeza más absoluta al poder sentir en primera persona la sombra de la muerte, también es el personaje que más feliz ha sido en algunos momentos de sus relaciones con Brenda y Lisa (y sus titubeos con Maggie, pieza clave de la última temporada). Personaje que amamos y odiamos en cuestión de escenas. Krause sabe imprimir a su Nate un atractivo especial. Nate es contradicción... como la vida misma, vaya.



HOMENAJE A BRENDA (Rachel Griffiths)

Griffiths es un prodigio. Se merece todos los Globos de oro del mundo. La pieza angular de la serie no es una Fisher, pero sí es alguien que por su infancia puede entender a la perfección el esquema de esa familia. Brenda quiere estabilidad, y está claro que al lado de alguien como Nate nunca la conseguirá. Bellísima en los últimos episodios como embarazada, el personaje con más energía y chispa. Su personaje perdió importancia en la tercera y la cuarta temporada, algo que explica por qué esas son las peores temporadas de la serie (ojo, lo peor de lo mejor). Este blog está enamorado de la actriz y del personaje. Poco más a añadir.


HOMENAJE A RUTH (Frances Conroy)

Ruth es una mujer desesperada en busca del jardinero musculado. Con George volverá a conocer el verdadero amor. Ruth ha sido demasiado recatada en el pasado porque nunca se permitió una respuesta negativa, una excentricidad, una estridencia. Ruth es la secundaria que, ante la ausencia del rol masculino, no sabe cómo encarar su estrenado protagonismo. Son excelentes los momentos en los que explota en una sesión de terapia, los minutos en los que rompe algún jarrón, las escenas en las que se sonrosa, sus escarceos con el florista ruso o sus excursiones con Bettina (sobre todo, el momento en que roba un pintalabios aprovechándose de que, 'a cierta edad, las mujeres como nosotras nos volvemos invisibles'). Ruth no ha conocido el feminismo de Brenda ni los avances tecnológicos de Claire: ella representa el despertar vital, social y sexual de la mujer como alguien autónomo, madre y finalmente abuela. Y Frances Conroy, un prodigio.


Podríamos seguir homenajeando a Keath, a Billy, a Federico, a Vanessa, a Margaret o a Olivier. También podríamos alabar la excelente selección musical de la serie. Tampoco deberíamos olvidar esa cortinilla inicial, la mejor en mucho tiempo. Podríamos repasar las muertes más curiosas, divertidas, trágicas o singulares vistas en la pequeña pantalla (las más geniales: una mujer que muere por el impacto de una maceta, una chica que empotra su cara en un semáforo... y, como ganadora absoluta, la mujer que muere arrollada por un coche al confundir unas muñecas hinchables con la aparición de unos ángeles). Ya nunca veremos la muerte de la misma manera (servidor tiene una funeraria al lado de casa). Es un milagro que exista una serie como ésta. Al terminar el año hablaremos de las mejores películas de la década. Pues bien: Six Feet Under está entre lo mejor (algunos minutos valen más que horas de ficción cinematográfica). Los que ya la han visto lo saben. Y los que no, deben hacerlo lo más pronto posible.

8 comentarios:

Alejandro A dijo...

SPOILERS

tenía tantas ganas de que hicieras esa entrada, me parece la mejor serie de la historia, es lo mejor que he visto en mi vida, un precioso llamado a apreciar mucho más nuestra existencia, en verdad una maravilla, estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices, cada uno de los personajes representa una pequeña (o gran) parte de nosotros.
Te corrijo con que el capítulo en el que secuestran a David es el quinto de la cuarta temporada, no de la tercera. Por cierto ese capítulo que mencionas el 1x11 es memorable, tremendo, cuando David afronta su homosexualidad como nunca

Me ha encantado como has hablado de cada uno de los personajes, mi favorita personal también es Brenda!, me enamoré de ella absolutamente, es mi personaje predilecto, creo que aunque sí odié a Nate (más tratando así a Brenda) lo perdoné, siempre tan contradictorio, además de que sus imagénes finales, sus charlas con Claire memorables, bueno en fin adoré a todos los personajes.

Me ha encantado tu entrada, te ha salido tremenda, la voy a esparcir por todos lados para que la lean y una cosa más (perdón por extenderme tanto pero en verdad es mi serie favorita) me parece curioso como a la mayoría les gustó demasiado la temporada final, quiero decir, a mi me encantó pero no como esperaba, tal vez fueran las expectativas, aun así los capítulos finales una joya de la televisión indiscutiblemente, siento que la tercera y cuarta temporada son muy infravaloradas, tienen muy buenos puntos y en general la cuarta es mi segunda temporada favorita (después de la segunda, valga la redundancia) lo siento por extenderme demasiado, saludos!

ArturO dijo...

La mejor serie de la decada...
nunca un comentario habia sido tan cierto. Es una serie que te marca, una serie como ninguna otra del genio Ball. Solo el nos podia brindar una pieza de arte como esta.
Y es cierto ninguna serie guarda lo mejor para el final, pero su season finale fue algo indescriptible. El mejor final, para la mejor serie...

Fhilippos dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has dicho asi que no puedo añadir nada más en este comentario :)

Me ha encantado tu entrada. Creo que es la mejor que he leido sobre la serie y la que mejor la representa. Enhorabuena!

Unknown dijo...

Una gran serie, fue una de las primeras que vi y desde entonces soy un serieadicto total.
Una serie tenicamente impresonante que marco un antes y un despues en ese aspecto.
Un reparto inmejorable.
Guiones increibles.
Y el mejor final que he visto en mi vida. Desde luego los ultimos minutos del ultimo capitulo son magistrales, es imposible no emocionarse viendo esa secuencia con la magnifica musica de Sia.
Solo un pero... el bajon que tiene entre la temporada 3 y 4, que baja el nivel un poco.
Saludos.
Kasko.

Simone Marie dijo...

Acabo de terminar de ver Dexter y esta será mi próxima serie..me han hablado muy bien de ella y no veo las ganas de empezarla pero después de leerte mucho más.

Besos!

pender dijo...

Siempre he dicho que iba a ver esta serie y nunca lo he hecho. Creo que ya es hora.
Te dejo una nota del cineranking:
- Toy story 3: 9

Roc dijo...

A causa de los spoilers de tu anáilisis, dejé de leerlo a la mitad. Sin embargo, sólo la mitad sirvió para que recomenzara lo que dejé a medias el año pasado (sí señores, soy la extraña criatura que abandonó A dos metros a bajo tierra en la mitad de la primera temporada). Recordaba la serie mórbida, macarra, de locos. Pero también recordaba lo familiar que resultaba todo, y me pregunté por qué la había abandonado. No lo sabía.

Así pues, continué la serie en el punto donde la dejé, aunque recordando un poco de los episodios anteriores a base de los capítulos que aún conservaba en mi ordenador y empecé a sentirme un Fisher más. Se me ponía la piel de gallina en muchos capítulos y sus historias cada día que pasaba me asombraban más. Me enamoraba de Brenda y Claire, me preocupaba por David, no comprendía a Nate, sentía mucha pena por Ruth, y me identificaba con todos.

Los días pasaban y acabé la quinta temporada hoy mismo, hace una media hora. Y, como si se tratara de la serie, recomencé tu análisis, del cual aún me acordaba, con la intención de dejar mi opinión. Y decirte que eres quien hizo que me acordara de una serie que no es terrenal y que está muy por encima de cualquier serie.

Los últimos cuatro capítulos son de las mejores obras (porque no pueden ser considerados nada más aparte de obras de arte) que he visto en mi vida. Y los últimos minutos consiguieron emocionarme como nunca delante de la pantalla. Y es importante darse cuenta que incluso en estos cinco minutos, muy distintos de todo lo visto en la serie, su esencia sigue intacta. Estamos viendo A dos metros bajo tierra, de la misma forma que lo hacíamos en el primer capítulo. Estamos viendo la serie de la década y, por extensión (ahora es el auge de la televisión moderna), de la historia. Puede que repita lo ya dicho en tu crítica y en los comentarios, pero dudo que nadie pueda opinar muy distinto.

Pido perdón por extenderme, pero de la misma forma que se merecía un análisis especial, ocurre lo mismo con mi comentario. Y no es por ganas de homenajearla... Pero siento que si empiezo a hablar de ella no podré parar. Y creedme los que aún no la habéis visto: nadie aquí ha hablado ni remotamente un poco de la serie.

Anónimo dijo...

.
Y ese epílogo...
Ay, ese final...
Qué belleza...
.