sábado, 27 de diciembre de 2008

SERIES 7: DINOSAURIOS


Dinosaurios siempre estará asociada a mi etapa en la guardería. Desde la inconsciencia de un bebé, Dinosaurios es una entrañable historia de estética única, una factura casi demodé que debería reivindicarse ante la alta tecnología de la actualidad. Visto, pero, con distancia, Dinosaurios es el antecesor de Los Simpson, una serie fresca y divertida que ironiza sobre el día a día, sobre el ciudadano americano medio, sus rutinas y sus características. Earl Sinclair podría ser el abuelo televisivo de Homer Simpson, un tipo aprovechado y vago que se columpia sobre el sistema capitalista para talar impunemente todos los árboles que su empresa precisa. Pero Sinclair, lejos de idealismos, es un pringado de cuidado, un ser amorfo que sueña con ser célebre e immortal, alguien mediocre que no aporta nada y que vive en la sombra con la única compañía de una familia que no parece hacerle mucho caso. El retrato de un fracasado social es aprovechado aquí para construir una trama desternillante que incluye cavernícolas salvajes, medios de comunicación violentos, guerras de pistachos, viajes al más allá y bailes de apareamiento. Ese estilo de Teleñecos ochenteros es clave para entender la animación actual y series de televisión como Padre de Familia. Dinosaurios resulta entrañable por su inocencia y originalidad, algo que se agradece teniendo en cuenta la agresividad de las series actuales. Dinosaurios es un producto de genuina rapidez y mensaje pedagógico que debe reivindicarse en plena era digital. Solo sabiendo lo que hicimos entenderemos lo que hacemos.


Aún pueden verse algunos muñecos de la serie con sus complementos de plástico, toda una pieza de coleccionista y un ejercicio de sana nostalgia televisiva. La creación de juguetes justifica el éxito que tuvo y retiene una de las series más emblemáticas de la primera mitad de la década de los noventa, quizás la última gran serie familiar que nos ha dado la pequeña pantalla. Mi memoria es esquiva pero recuerdo perfectamente pequeñas escenas, pequeños diálogos enregistrados en cintas de vídeo ya viejas. No está de menos, pues, reivindicar su restauración y edición en dvd, algo que ya han hecho otros países. Además, la serie se enmarca dentro de los primeros éxitos de Telecinco, cadena por aquel entonces primeriza que también adquirió con atino Humor Amarillo y Expediente X. Sin duda, y analizando la actual oferta de la cadena privada madrileña, la televisión nacional se está devaluando a marchas forzadas.
Dinosaurios propone verdades como puños; su mensaje es universal y nunca pasará de moda. Cual American Beauty, la serie satiriza el american way of life y nos enseña desde un prisma lúdico y austero lo caótico e incomprensible de nuestra era, de nuestra especie. Es divertido equiparar los problemas de la actualidad con los quehaceres de los dinosaurios de la prehistoria. El bucle no tiene fin: las caras serán distintas, la narrativa también, pero los temas siempre serán los mismos. Para la historia quedará esa suegra de bofetada fácil, ese peque hiperactivo de tez rosada o ese "Chiki, ya estoy aquí" del orondo Sinclair. El baúl de los recuerdos nunca falla.

PRÓXIMA ENTRADA: 24 de enero, SERIES 8: WEEDS

1 comentario:

Alec Roivas dijo...

Muy buen análisis sobre todo en esa comparación entre la serie y las película que crítican el "American Way of Life".

Hablando sobre eso, ya publique mi crítica a Revolutionary Road espero que puedas leerla.

http://cineporcine.blogspot.com/